En el día de hoy, queremos adentrarnos en el fascinante mundo de Lockheed Martin F-35 Lightning II. Ya sea que seas un apasionado de la historia, un entusiasta de la tecnología o simplemente alguien curioso por descubrir nuevas perspectivas, estamos seguros de que este artículo te atrapará desde el principio. Sumérgete con nosotros en un viaje que abarcará desde los orígenes de Lockheed Martin F-35 Lightning II hasta su impacto en la sociedad moderna, explorando sus implicaciones culturales, científicas y emocionales. Acompáñanos mientras exploramos los diferentes aspectos de Lockheed Martin F-35 Lightning II, desentrañando su importancia y relevancia en el mundo actual.
F-35 Lightning II | ||
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Un F-35A Lightning II volando en 2013.
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Tipo | Caza polivalente furtivo | |
Fabricante | Lockheed Martin | |
Primer vuelo | 15 de diciembre de 2006 | |
Introducido |
2015 2018 | |
Estado |
En servicio/en producción. Disponible (en servicio desde el 1 de agosto de 2015 en Estados Unidos) y Reino Unido para entrenamiento | |
Usuario principal | véase "Usuarios" | |
Producción | 2006 - presente | |
N.º construidos | 1000+ (2024) | |
Coste del programa |
U$S 382 000 millones en 2011 U$S 1,01 billones (en proyecciones a 55 años vista) | |
Coste unitario | ||
Desarrollo del | Lockheed Martin X-35 | |
El Lockheed Martin F-35 Lightning II (en español: rayo II) es un avión de combate polivalente de quinta generación, monoplaza y con capacidad furtiva, desarrollado bajo el programa Joint Strike Fighter para reemplazar al F-16, A-10, F/A-18 y al AV-8B en misiones de ataque a tierra, reconocimiento y defensa aérea. Este avión fue diseñado en tres versiones distintas: el F-35A para despegue y aterrizaje convencional (CTOL), el F-35B capaz de realizar despegues cortos y aterrizajes verticales (STOVL) y el F-35C que es una variante naval capaz de operar en portaaviones.
El F-35 es el descendiente del X-35 presentado por Lockheed-Martin en el programa Joint Strike Fighter (JSF), en el que compitió contra el X-32 propuesto por Boeing. El 24 de octubre de 2001 el prototipo X-35 fue anunciado como vencedor del concurso, que traía aparejado un contrato de doscientos millardos de dólares (200 000 millones de USD) para fabricar el nuevo avión. En la financiación del programa colaboran, además de los Estados Unidos, el Reino Unido, Italia, Australia, Canadá, Dinamarca, Países Bajos, Noruega y Turquía, que aportan fondos adicionales. En su diseño y fabricación han colaborado un grupo de empresas aeroespaciales liderado por Lockheed Martin, con BAE Systems y Northrop Grumman como socios principales. El F-35 realizó su primer vuelo el 15 de diciembre de 2006.
Estados Unidos tiene intención de adquirir un total de 2443 aviones F-35, por un valor estimado de 323 000 millones de dólares, haciendo de este el programa de defensa más caro de la historia. Los datos del presupuesto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para el año 2010 proyectaban que el F-35 tendría un coste unitario de entre 89 y 200 millones de dólares para el número previsto de aviones producidos. Las estimaciones de costos se han elevado desde entonces hasta los 382 000 millones de dólares para 2443 aviones, a un promedio de 156 millones de dólares cada uno. El aumento de costes del programa han creado dudas sobre el número real de ejemplares del F-35 que serán producidos para Estados Unidos. En febrero de 2011 el Pentágono fijó un precio de 207,6 millones para cada uno de los 32 aviones que serían adquiridos durante el año fiscal 2012, elevándose el precio a 304,15 millones si se incluía en el coste la parte proporcional de los gastos en investigación, desarrollo, prueba y evaluación.
En la actualidad, se ha conseguido reducir en gran medida el precio unitario de la aeronave. En 2019, Lockheed-Martin firmó un acuerdo de compraventa de 478 F-35A con la Fuerza Aérea de los Estados Unidos por debajo de 80 millones de dólares por unidad. Esto ha permitido que varios países, como Polonia, se hayan interesado en adquirir este avión de combate al reducirse su coste, eliminando así una parte de la polémica que existe sobre el proyecto.
En 1993, la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados en Defensa, más conocida por el acrónimo DARPA (siglas en inglés de Defense Advanced Research Projects Agency), presentó las bases del programa Common Affordable Lightweight Fighter (CALF). El objetivo de dicho programa era el de desarrollar un avión con tecnología furtiva (indetectable por radares enemigos) para reemplazar a todos los aviones ligeros de caza y ataque a suelo del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Este proyecto contemplaba la sustitución de los F-16 Fighting Falcon de la Fuerza Aérea, los F/A-18 Hornet de la Armada y Cuerpo de Marines y los AV-8B Harrier II del Cuerpo de Marines. A finales de 1993 fue también presentado el proyecto Joint Advanced Strike Technology (JAST) para reemplazar al veterano avión de ataque A-10 Warthog y a los F-16 en ese rol. En 1994 el Congreso de los Estados Unidos ordenó que ambos proyectos se uniesen bajo el nombre de Joint Strike Fighter.
Diversas compañías tomaron parte en las primeras fases del programa, que se basaba en el diseño preliminar del concepto de aeronave propuesto, para luego presentarlo al Departamento de Defensa y someterlo a su examen. Sin embargo, el 16 de noviembre de 1996 únicamente los fabricantes Boeing y Lockheed Martin lograron el contrato para el desarrollo que les permitiría producir sus dos propuestas. En dicho contrato se establecía que los aviones de combate debían demostrar cualidades para el despegue y aterrizaje convencional (CTOL), capacidad para despegar y aterrizar en portaaviones y capacidad para el despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL).
Uno de los aspectos novedosos de dicho programa de desarrollo fue la prohibición que el gobierno de Estados Unidos impuso a ambas compañías de financiar sus proyectos con recursos propios. Cada fabricante recibió 750 millones de dólares para desarrollar y producir los dos prototipos, incluyendo además la aviónica, software y hardware. Este límite presupuestario tenía como objetivo que las empresas adoptasen técnicas de fabricación menos costosas, a la vez que también se evitaba que tanto Boeing como Lockheed Martin entrasen en una fuerte y costosa pugna que podría llevar al perdedor del concurso a la bancarrota. Finalmente los proyectos que se presentaron fueron el Boeing X-32 y el Lockheed Martin X-35.
El programa Joint Strike Fighter (JSF) se creó para reemplazar varios aviones mientras se limitaban los costes de desarrollo, producción, operación y mantenimiento. Su propósito era fabricar tres variantes de un avión que compartirían un 80 % de partes comunes:
En octubre de 2001 se hizo público el vencedor del programa JSF, resultando ganador el X-35 frente al Boeing X-32. Los oficiales del Departamento de Defensa estadounidenses y del ministro de defensa británico afirmaron que el X-35 superó continuamente al X-32 durante toda la fase de pruebas, aunque ambos habían alcanzado e incluso excedido los requisitos exigidos inicialmente. La designación oficial del caza como F-35 fue una sorpresa para Lockheed, que en sus documentos internos se refería al avión como "F-24".
El 7 de julio de 2006, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos anunció oficialmente que el nombre del F-35 sería Lightning II, en honor al bimotor P-38 Lightning de la Segunda Guerra Mundial, también fabricado por Lockheed, así como al reactor de la Guerra Fría English Electric Lightning. Se da la circunstancia que la división aeronáutica de English Electric fue una de las fundadoras de British Aircraft Corporation, que a su vez fue la precursora de British Aerospace (BAe), socia prioritaria de Lockheed Martin en el programa JSF.
Los principales clientes y patrocinadores del programa son los Estados Unidos y el Reino Unido. Además, otras siete naciones (Países Bajos, Italia, Australia, Canadá, Dinamarca, Noruega y Turquía) han contribuido económicamente al desarrollo de avión sin fijar una decisión de compra en firme. Se estima que los costes totales del programa de desarrollo superaron los 44 800 millones de dólares estadounidenses (USD), mientras que la fabricación de los 2457 previstos supondrá un costo de 400 000 millones de dólares, el doble de lo previsto inicialmente.
La participación internacional en el proyecto se clasifica en tres categorías. El Reino Unido es el único socio de «Nivel 1», contribuyendo con 2 500 millones de dólares, alrededor del 10 % de los costes de desarrollo. Los socios de «Nivel 2» son Italia, que contribuye con 1 000 millones de dólares y los Países Bajos, con 800 millones. Los socios de «Nivel 3» son Canadá, con 440 millones de dólares; Turquía, con 175 millones USD; Australia, con 144 millones USD; Noruega, con 122 millones y Dinamarca, con 110 millones de dólares. Los niveles reflejan la participación financiera en el programa, la cantidad de tecnología transferida y subcontrataciones abiertas para empresas nacionales, así como el orden de prioridad de los países en la adquisición de los aviones.
Algunos países socios han dudado en sus compromisos públicos respecto al programa JSF, insinuando o alertando sobre su abandono del proyecto a menos que recibiesen más subcontratas o transferencias de tecnología. Noruega ha amenazado en varias ocasiones con retirar su apoyo a menos que se proporcionasen garantías de un incremento en la participación industrial en el programa. A pesar de estas amenazas, Noruega ha firmado todos los memorandos de entendimiento, incluyendo el que detalla la fase de producción del programa JSF. Sin embargo, también han indicado que incrementarán y reforzarán su cooperación con los programas competidores del JSF, en concreto con el Eurofighter Typhoon y el Saab 39 Gripen.
La decisión de Turquía de adquirir el sistema de defensa antiaérea ruso S-400 hizo que EE. UU. decidiera apartar a Turquía del programa del caza F-35. Los fabricantes turcos que se encargan de fabricar piezas del caza F-35 serán sustituidos. El centenar de aviones F-35 que Turquía iba a comprar queda por saber si se absorberán por los clientes actuales o se destinarán a nuevos clientes.
El 19 de febrero de 2006 fue presentado el primer F-35A en Fort Worth (Texas). El avión fue sometido a pruebas en tierra en la base aérea de Edwards en el otoño de 2006. El 15 de septiembre de ese año, el primer motor turbofán F135 fue probado en una estructura del avión, completando las pruebas el 18 de septiembre tras un ensayo estático con postquemador. Las pruebas de motor se realizaron al mismo tiempo que el F-35 era completamente funcional con sus propios sistemas de propulsión. El 15 de diciembre de 2006, el F-35 completó su primer vuelo.
El desmedido aumento de costes del programa le ha hecho acreedor de severas críticas y ha motivado que varias fuerzas aéreas se replanteen su compra o hayan reducido sustancialmente el número de unidades encargadas. Asimismo los múltiples problemas de diseño evidenciados durante el periodo de pruebas han sembrado serias dudas sobre la viabilidad operativa del avión y sobre la aparente incapacidad de Lockheed Martin de solventar esos fallos antes del pase del programa a la fase de producción.".
En realidad, el problema es que el gobierno decidió concebir un solo avión en tres variantes, en vez de aparatos específicos para cada rama de las fuerzas armadas, y comenzar a producirlo antes de finalizar su desarrollo (en junio de 2021 quedaban 864 fallos, 8 de los cuales eran críticos). Se prodria sí haber limitado a dos diseños: uno en versión terrestre y CATOBAR (como el Dassault Rafale), y otro STOVL. Tratar de combinar los 3 resulta además en una motorización ineficiente (y el estado no publica oficialmente la TSFC del Pratt & Whitney F135 que ahora quiere reemplazar como paliativo).
Unas filtraciones ocurridas en julio de 2015 revelaron que el F-35 había sido superado en un combate aéreo cercano simulado por el General Dynamics F-16, cuyo diseño se remonta a la década de los setenta. El Pentágono reconoció que el motivo del fracaso del F-35 en esa escaramuza fue por carecer de la capa de pintura antirradar con la que sí estarán equipadas las unidades de serie.
Para algunos, la forma furtiva física es un concepto obsoleto ya que se ha traducido en aviones con pobres características de vuelo y el futuro es electrónico, como en el Saab Gripen E.
Además, el mantenimiento se encarece por falta de acceso a ciertos datos técnicos por parte de los operadores.
Es un vector nuclear, lo cual abre la puerta a ampliar la compartición nuclear en el futuro.
El F-35 es un caza de peso medio y monomotor, parece una versión más pequeña, más convencional y con un solo motor, del Lockheed Martin F-22 Raptor pesado y bimotor, y de hecho ambos modelos comparten muchos elementos comunes.
Lockheed se asoció con Yakovlev en los años 1990 debido a la competencia ejercida por empresas como McDonnell Douglas y British Aerospace en las fases iniciales del concurso JSF estadounidense, haciéndose de esta manera con la última tecnología rusa desarrollada para el Yakovlev Yak-141, un caza supersónico experimental de despegue vertical que nunca se fabricó en serie, cuyo proyecto para la armada rusa fue abandonado por falta de presupuesto, necesitaba más años de investigación y desarrollo, pruebas de vuelo y más tecnología, como la asistencia de vuelo por computadoras que en esa época estaba en su primer nivel de desarrollo.
La motorización de aviones de despegue vertical es muy compleja y Lockheed Martin no disponía de esa tecnología, desarrollada durante muchos años de pruebas en la década de 1970 por Inglaterra con el Harrier y la Unión Soviética con el Yakovlev Yak-38 de algunos prototipos construidos a finales de la década de 1960, que fue un demostrador tecnológico operativo para despegues verticales sobre la cubierta de un portaaviones pero con muchas limitaciones en velocidad, alcance, autonomía de vuelo y capacidad de carga de armas, el F-35 es el desarrollo final de más de 30 años de pruebas de aviones de despegue vertical.
El acuerdo con Yakovlev, anunciado en el verano de 1995, le ahorró a Lockheed millones de dólares en costes de desarrollo, muchos años de investigación y desarrollo, pruebas de vuelo y problemas asociados al desarrollo de un nuevo diseño de avión tan sofisticado, actualmente es el avión más moderno de producción en serie en el mundo. Otros de los aspectos innovadores en el diseño del F-35 son su tecnología stealth, duradera y de sencillo mantenimiento; su tobera de empuje vectorial, desarrollada a partir de la del Yak-141; una aviónica integrada para combinar la información externa e interna y aumentar la alerta situacional del piloto, mejorar la identificación y uso de armamento y transmitir la información con velocidad a otros aviones o centros de control y mando, o la integración en el casco de toda la información proporcionadas por las pantallas y en sustitución del tradicional HUD.
La versión F-35B corría el riesgo de incumplir los requisitos de rendimiento debido a que excedía en una tonelada métrica (un 8 % del total) el peso máximo fijado en las especificaciones. Como respuesta, Lockheed Martin añadió más potencia al motor y aligeró el avión reduciendo la bodega de armas, reenviando parte de la potencia de las toberas secundarias a la principal y rediseñando la cubierta de las alas, partes del sistema eléctrico y la parte inmediatamente posterior a la cabina.
El conjunto de sensores y equipos de comunicaciones del F-35 está destinado a facilitar la conciencia situacional, el mando y control y la capacidad de guerra centrada en redes. El principal sensor a bordo del F-35 es su radar activo de barrido electrónico AN/APG-81, diseñado por Northrop Grumman Electronic Systems. El radar es acompañado por un sistema de designación de blancos electro-óptico diseñado por Lockheed Martin, conocido por su acrónimo en inglés EOTS (Electro-Optical Targeting System), que va montado bajo el morro del avión. Este proporciona las mismas capacidades que el contenedor de designación de blancos Lockheed Martin Sniper XR pero manteniendo la baja detectabilidad del avión.
El F-35 cuenta con seis sensores infrarrojos pasivos adicionales distribuidos por toda la aeronave como parte del sistema de apertura distribuido o DAS (Distributed Aperture System) Northrop Grumman AN/AAQ-37, que actúa como un sistema de alerta de aproximación de misiles, informa de los lugares de lanzamiento y detecta y rastrea la aproximación de aeronaves en torno al F-35, reemplazando además las tradicionales gafas de visión nocturna para navegación y operaciones de noche o en condiciones de luz reducida. El equipo de sistemas de guerra electrónica AN/ASQ-239 Barracuda del F-35 está diseñado por BAE Systems e incluye componentes de Northrop Grumman. El equipo de comunicaciones, navegación e identificación o CNI (Communications, Navigation and Identification) está también diseñado por Northrop Grumman e incluye el enlace de datos avanzado multifunción MADL (Multifunction Advanced Data Link). El F-35 será el primer caza de reacción con fusión de sensores que combina el rastreo por radiofrecuencia y por infrarrojos para una detección e identificación de blancos continua en todas las direcciones y que es compartida a través de MADL con otras plataformas sin comprometer la baja detectabilidad del avión.
Los sensores del F-35 han sido diseñados e integrados para proporcionar una imagen coherente de la realidad en torno al avión y estar disponibles en principio para su uso de cualquier modo y en cualquier forma posible. Todos los sensores influyen directamente en los procesadores principales para apoyar la misión del avión. Por ejemplo, el AN/APG-81 no solo funciona como un radar multimodo, sino también como parte del sistema de guerra electrónica del avión.
El F-35 está compuesto por varios materiales, como el titanio, el aluminio o la fibra de carbono.
En su desarrollo se han empleado nuevas técnicas de elaboración de estos materiales, como el procesado del titanio por criogenización, que hace a este material más resistente y ligero o el uso por primera vez en la aviación de los nanotubos de carbono, utilizados en los carenados de las puntas alares.
Las mejoras en las que Pratt & Whitney está trabajando darán mayor potencia y mejorará el enfriamiento del motor del F-35, haciendo que el avión sea más potente.
Se han detectado más de 800 fallos de software que están actualmente siendo solucionados. El Bloque 4 del F-35 comprende más de 50 mejoras urgentes. Anteriormente se ha trabajado en numerosas mejoras, como el software Block 3F, para mejorar la capacidad de combate con sensores mejorados, capacidad de armas con sistema de vuelo completo del avión.
El cañón de 25 mm del F-35A tiene una precisión inaceptable para alcanzar objetivos terrestres, mientras que la versión F-35C sí es aceptable.
Estados Unidos - Finlandia - Israel - Noruega - Reino Unido
Sistema | País | Fabricante | Notas |
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Alas | IAI Lahav |
Sistema | País | Fabricante | Notas |
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Entorno de desarrollo basado en modelos | MathWorks | MATLAB | |
Lenguajes de programación | Simulink, Stateflow, C, C++, Ensamblador, Ada, VHDL | ||
Sistema operativo de tiempo real | Green Hills Software | INTEGRITY-178B | |
Sistema de control de vuelo | Bucle completamente cerrado. | ||
CPUs | Freescale | PowerPC G4 | |
FPGAs | Xilinx | ||
Sensores inteligentes multifunción | UTC Aerospace Systems | SmartProbe | |
Auto-GCAS | AFRL Lockheed Martin NASA |
A partir de 2019 (F-35A) | |
ACAS | No | ||
Sistema de escape | Martin-Baker | Asiento eyectable modelo Mk.16 |
Sistema | País | Fabricante | Notas |
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Sonda de repostaje (B, C) | Cobham | Empresa británica vendida a Advent International. | |
Motor | Pratt & Whitney | 1 × F135 |
Se han diseñado tres variantes diferentes del F-35 para satisfacer las necesidades de sus distintos usuarios:
El F-35A es la variante para despegue y aterrizaje convencionales (CTOL), destinada a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y otras fuerzas aéreas. Es la versión más pequeña y ligera del F-35 y es la única equipada con un cañón interno, el GAU-22/A. Este cañón automático de calibre 25 mm es un desarrollo del GAU-12 Equalizer que equipa el AV-8B Harrier II del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. Está diseñado para incrementar la efectividad contra blancos terrestres en comparación con el cañón M61 Vulcan de 20 mm que equipan normalmente los cazas estadounidenses.
Se espera que el F-35A iguale al caza ligero F-16 en maniobrabilidad, capacidad de elevación, rendimiento sostenido e instantáneo a grandes aceleraciones y lo supere en capacidad furtiva, carga útil, alcance, capacidad para transportar más combustible interno, rendimiento en vuelo a media y baja velocidad, aviónica, efectividad operacional, sencillez de mantenimiento y capacidad de supervivencia. Se espera que iguale la aceleración de un F-16 que porte los tanques de combustible externos habituales.
También cuenta con un designador láser interno y sensores infrarrojos que cumplen la misma función del contenedor externo Sniper XR que porta el F-16, pero reduciendo la sección radar equivalente y la resistencia aerodinámica.
Esta variante A está destinada principalmente a reemplazar al F-16 Fighting Falcon de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Se tiene programado que reemplace al A-10 Thunderbolt II a partir de 2028, pero aun así es posible que se extienda el servicio del A-10 más allá de 2028.
La versión para la Fuerza Aérea Israelí será designada como F-35I e incorporará modificaciones específicas desarrolladas para Israel mediante una característica plug-and-play añadida al computador principal que permitirá el uso de electrónica israelí a modo de complemento. De este modo Israel podrá instalar sus propios contenedores externos de guerra electrónica, así como equipar los misiles aire-aire y bombas guiadas de fabricación israelí en las bodegas de armas del F-35. En julio de 2011, se informó que Estados Unidos había acordado permitir a Israel instalar en un futuro sus propios sistemas de guerra electrónica y sistemas de armas en los F-35I.
El CF-35 canadiense se diferenciará del F-35A estadounidense por la adición de un paracaídas de frenado y una sonda para reabastecimiento en vuelo del estilo del F-35B/C. Noruega también puede que incluya la opción del paracaídas de frenado en sus F-35, ya que por su situación geográfica y condiciones climáticas es habitual la presencia de hielo en las pistas de aterrizaje.
El avión STOVL F-35B está diseñado para reemplazar a la segunda generación del Harrier, que fue el primer avión operacional de aterrizaje vertical y despegue corto, cuya participación en la guerra de las Malvinas en 1982 y posteriormente en 1991 y 2003 en Irak demostró su efectividad en las operaciones de guerra desde portaaviones ligeros, los denominados Harrier carrier por los americanos.
La RAF y la Royal Navy utilizarán este avión para reemplazar a los Harrier GR.9 en sus nuevos portaaviones, mientras que el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos usará los F-35B para sustituir a los AV-8B Harrier II y a los F/A-18 Hornet.
El F-35B es similar en tamaño al F-35A de la Fuerza Aérea estadounidense, sin embargo carecen del cañón automático, que es opcional y debe ser transportado externamente en un contenedor bajo el fuselaje, ya que su lugar tras la cabina del piloto está ocupado en el F-35B por el impulsor vertical, innovación que fue uno de los factores decisivos en la selección del diseño ganador del programa JSF.
Para el despegue/aterrizaje vertical el F-35B utiliza un sistema distinto a las toberas giratorias del motor Pegasus de los Harrier. Consiste en una turbina, patentada por Lockheed Martin, desarrollada por Rolls-Royce y muy similar al sistema empleado en el Yakovlev Yak-141, en el que un turbopropulsor incrustado verticalmente en el centro del fuselaje proyecta su chorro de propulsión hacia abajo por medio de dos toberas situadas a cada lado del fuselaje, al mismo tiempo que se abren una pequeñas compuertas en la parte superior del avión para dejar pasar el aire al motor. Este sistema se complementa con la tobera del motor principal, de empuje vectorial y situada en la cola del avión.
La planta motriz del F-35B actúa como un multiplicador del flujo, de manera similar a un turbofán y consiguiendo el mismo efecto que la turbina principal del anterior caza Harrier. Sin embargo todo este mecanismo adicional es un peso muerto durante el vuelo normal del avión y reduce la capacidad de carga de armas y combustible del avión, así como limita su capacidad de ejecutar maniobras de altas G.
Durante el diseño, se utilizaron dos estructuras para realizar las pruebas de esta versión: el Lockheed X-35A (que más tarde sería convertido en el X-35B) y el X-35C, de mayor envergadura.
Una de las primeras demostraciones de la capacidad del X-35 fue durante las pruebas de vuelo para la calificación en el programa JSF, en las que el X-35B despegó tras una carrera de menos de 150 metros, alcanzó velocidad supersónica y aterrizó verticalmente. Un logro que el modelo de Boeing no pudo igualar.
El F-35B realizó su primer vuelo el 25 de febrero de 2009 y el 3 de octubre de 2011 comenzó sus pruebas iniciales de toma vertical sobre la cubierta del buque de asalto anfibio, de tipo LHD, USS Wasp.
El F-35C es la variante naval, con alas plegables y de mayor tamaño, superficies de control más grandes para mejorar el control a bajas velocidades y un tren de aterrizaje más resistente para resistir los apontajes (aterrizajes) convencionales en portaaviones. Está provisto de un sistema de gancho trasero para atrapar los cables de frenado y unas barras en el tren de aterrizaje delantero para acoplarse a la catapulta de los portaaviones.
Este modelo es más grande y pesado al tener mayor superficie alar, la cual mejorará el comportamiento de vuelo a media y baja altitud y aumentará la capacidad de carga, doblando además el alcance que tenía la primera versión del F/A-18C Hornet.
La Armada estadounidense tiene intención de comprar 480 aviones F-35C para reemplazar los modelos A, B, C y D del caza F/A-18, que a su vez sustituyeron a los aviones subsónicos de ataque A-7 Corsair y el A-6 Intruder y al caza naval pesado Grumman F-14 Tomcat. En el futuro complementará a los F/A-18E/F Super Hornet, actualmente en servicio en la Armada de los Estados Unidos.
El Reino Unido estudió adaptar el diseño de sus nuevos portaaviones Clase Queen Elizabeth para poder utilizar el sistema de lanzamiento por catapulta y el sistema de recuperación por cables CATOBAR que utilizará el F-35C, no empleado en la Marina Real británica desde la retirada del servicio del portaaviones HMS Ark Royal en 1979. Sin embargo se tardó mucho en decidir, de modo que cuando se decidió que lo mejor era optar por disposición CATOBAR el coste de cambiar el diseño era muy alto, algo en lo que no coincidían RAF y Royal Navy puesto que preferían los F-35A y F-35C.
La variante F-35C es más económica, tiene mayor alcance y la capacidad de transportar una mayor y más diversa carga útil que el modelo F-35B. La configuración CATOBAR permite también a los socios de Estados Unidos, como el Reino Unido y Francia, operar sus aeronaves desde los portaaviones en misiones conjuntas en diferentes lugares del mundo para apoyar a la OTAN y a sus aliados.
Las fuerzas aéreas aliadas descubrieron con sorpresa cómo todos los datos de sus recién adquiridos F-35 se transferían directamente hacia los servidores de Lockheed Martin y la USAF, tras cada vuelo. El motivo es el sistema de información logístico autónomo (ALIS), que controla de forma autónoma todos los aspectos del F-35 permitiendo solicitar las piezas de repuesto necesarias por sí mismo, controlar las órdenes de trabajo, seguir las reparaciones y hasta realizar los informes de las misiones.
Todas estas funciones suponen un paso adelante en la gestión de la flota, mantenimientos y controles necesarios en una aeronave tan compleja. Pero son al mismo tiempo un agujero por donde fluyan todos los datos de cada operación y vuelo que realiza cada F-35 extranjero. Toda la información de vuelo, misión y la propia salud de cada aparato terminan en manos estadounidenses de forma automática. La pérdida y sumisión de datos soberanos de cada fuerza aérea han provocado la amenaza por parte de varios países de abandonar el programa del F-35 mediante un ultimátum lanzado al Departamento de Defensa de los EE. UU. La solución a este problema fue que en 2018 Lockheed Martin adjudicó un contrató de 26 millones de dólares para blindar los datos de los aviones comprados por otros países.
En septiembre de 2018, un F-35B se estrelló cerca de la estación aeronaval de Beaufort, en Carolina del Sur, debido a un problema con el depósito de combustible. El piloto pudo eyectarse antes de que el aparato se estrellase.
En abril de 2019, un F-35 japonés se estrelló contra el Océano Pacífico durante una misión de entrenamiento nocturno, probablemente debido a la «desorientación espacial» de su piloto. Según el Ministerio de Defensa de Japón, el piloto se estaba comunicando con calma con los controladores de tierra hasta unos segundos antes del accidente, y se cree que perdió el rumbo durante el descenso a alta velocidad y ni siquiera era consciente de ello. Sus restos fueron encontrados meses más tarde, junto con partes de la aeronave. A raíz del accidente, en el Parlamento japonés emergió otra posible razón de lo ocurrido: el problemático sistema de abastecimiento con oxígeno que falló en múltiples ocasiones.
El día 19 de mayo de 2020 se estrellaba un caza F-35A Lightning II, con sede en la base de Eglin (California).
El día 17 de noviembre de 2021 un F-35B Lightning II de la Real Fuerza Aérea británica que operaba desde el HMS Queen Elizabeth se estrelló en el Mar Mediterráneo al intentar despegar.
El 4 de enero de 2022 un F-35B surcoreano tuvo que aterrizar de emergencia sin el tren de aterrizaje
El 24 de enero de 2022 un F-35C de la Armada Estadounidense se estrelló contra el mar del Sur de China cuando intentaba aterrizar en el portaaviones USS Carl Vinson. El 2 de marzo de 2022 el avión fue rescatado a una profundidad de 3.780 metros en el mar con la ayuda de un vehículo sumergible operado remotamente (ROV) y un barco especializado.
El 19 de octubre de 2022 se estrella un F-35A en Utah (EE. UU.) cerca de la base de la fuerza aérea de Hill.
El 15 de diciembre de 2022 un F-35B se estrelló después de un intento de aterrizar verticalmente en la Base Aeronaval de Forth-Worth en Texas, el piloto se eyecto del avión sin sufrir heridas. La aeronave se encontraba en un vuelo de prueba cuando se accidento y no había sido entregado por Lockheed Martin a ningún cliente militar.
El 17 de septiembre de 2023 un F-35B se estrelló después de que el piloto se eyectara mientras sobrevolaba North Charleston en Carolina del Sur. Los restos del avión se encontraron el 18 de septiembre, 30 horas después de que ocurriera el accidente.
El 28 de mayo de 2024 un F-35B se estrelló poco tiempo después de despegar de la Base de Kirtland de la Fuerza Aérea en Albuquerque, Nuevo México.
Referencia datos: Lockheed Martin, F-35 Program brief, F-35 JSF Statistics
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sin título (ayuda). Consultado el 28 de abril de 2020.