| la violacion | |
|---|---|
| Autor | Edgar Degas |
| Fecha | 1868-1869 |
| Técnica | óleo sobre lienzo |
| Dimensiones | 81 × 116 cm |
| Ubicación | Museo de Arte de Filadelfia |
Violación ( Le viol ) es una pintura del pintor francés Edgar Degas , realizada en 1868-1869 y conservada en el Museo de Arte de Filadelfia .
Intérieur -este es el nombre original asignado por Degas, quien siempre ha mirado con desconfianza el título vulgar de Le viol [La violación]- resume en pocas palabras la actitud que el pintor tenía hacia la luz nocturna, y se propone en particular como un estudio destinadas a "destacar el crepúsculo, lámparas, velas, etc. en particular". De hecho, este es un lienzo que demuestra de manera ejemplar las divergencias entre la poética de Degas y la de los impresionistas. Mientras que estos últimos se sometieron por completo al plein air y buscaron incansablemente los estremecimientos cromáticos de la naturaleza, Degas prefirió los acordes que ofrecían el negro, el ocre y la luz artificial, que, a diferencia de la luz natural, podían manipularse con mayor facilidad. [1]
Degas resuelve magistralmente la textura luminiscente de esta pintura, jugando con el hábil equilibrio entre lo oscuro, crudo y amenazador, y la tenue luz del abat-jour y el fuego de la chimenea. A la izquierda hay una mujer en ropa interior, desplomada en una silla, indefensa y humillada. El corsé abandonado en el suelo, la cama intacta, las tijeras abiertas sobre la mesa junto a las joyas y el forro de la caja teñido de un rojo macabro son pistas muy elocuentes que confirman la tristeza del episodio que acaba de terminar. Incluso el espejo de fondo, recurso ya utilizado por Degas en La familia Bellelli , no sirve para ampliar el espacio pictórico de forma casual sino que remite a una sensación de confusión y malestar. Finalmente, a la derecha del cuadro, el hombre, fantasma lúgubre del siglo XIX, observa en silencio la escena y la desesperación de su pareja. Sus ojos brillan enigmáticamente en la oscuridad, y como si eso no fuera suficiente, emana una sombra oscura y espeluznante.
Más allá del juego alusivo de imágenes, en esta escena emergen "mensajes" precisos. La pintura, de hecho, contiene un rico simbolismo que Degas despliega sin piedad ante los ojos del espectador, quien sin saberlo se convierte en testigo de la brutalidad de la "violación". A continuación se muestra la lectura dada por el crítico de arte Bernd Growe:
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«La escena […] inmortaliza la humillación de la mujer [y] el contraste latente entre desamparo y agresión revela, con la tensión entre los sexos, la falta de salida para ambos. Degas […] muestra a la pareja arrojada de nuevo a un aislamiento definitivo en el que ambos permanecen encerrados: una prisión para ambos” |
| ( Bbernd Growe [2] ) |
La pintura, que con su expresionismo macabro parece casi un preludio de algunas soluciones que serán adoptadas en el siglo XX por Edvard Munch , se inspira en diversas fuentes literarias y figurativas. El tema, por ejemplo, ya había sido abordado en el siglo XVIII por Fragonard, autor de un cuadro titulado El cerrojo donde, sin embargo, la lucha no es revisitada en clave dramática y, por el contrario, su jocosidad declara la inminencia de un abrazo amoroso. En cuanto a las deudas con la literatura, hay interpretaciones divergentes: Rivière, por ejemplo, ha identificado dependencias con Francois d'Hérilieu de Duranty, mientras que Adhémer y Reff lo ven como un eco respectivamente de Madeleine Férat y Teresa Raquin de Zola. [1]
