Hoy en día, Astenia se ha convertido en un tema de gran interés y relevancia en diferentes ámbitos. Con el avance de la tecnología y la globalización, Astenia ha tomado un papel fundamental en nuestra vida cotidiana. Desde su impacto en la economía hasta su influencia en la sociedad, Astenia ha generado numerosos debates y reflexiones. En este artículo, exploraremos las distintas dimensiones de Astenia, analizando su importancia, sus implicaciones y su evolución a lo largo del tiempo. Sumergirnos en el mundo de Astenia nos permitirá comprender mejor cómo ha moldeado nuestro presente y hacia dónde podría dirigirse en el futuro.
Astenia (nombre de síntoma) | ||
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La astenia (del griego α —alfa privativo—: "carecer", y σθένος : "fuerza", "poder") es un síntoma que hace que quienes lo padecen no puedan salir a caminar, correr o algún otro método que requiera de mucho esfuerzo.
La «astenia prolongada» puede derivar al diagnóstico del síndrome de fatiga crónica.
Por lo general aparece al amanecer, es decir, predomina por la mañana y resulta variable al transcurrir el tiempo. No mejora o incluso se agrava con el reposo y suele estar asociado a un trastorno del sueño. Cuando es por causas reactivas es porque aparece después de un exceso de actividad física o mental. Cuando es por causas psiquiátricas es por asociación al síndrome depresivo.
Se caracteriza por ser máxima por la tarde, en horas del atardecer, es fija y sin variaciones o fluctuaciones. Se agrava con la actividad y mejora después del sueño. La presunta causa es orgánica por:
La astenia se caracteriza por fatiga como sensación de falta de energía y motivación, de agotamiento o cansancio. La astenia puede afectar las funciones intelectuales: pérdida de la memoria, menor atención, concentración y vigilancia. Con frecuencia se evidencian otros trastornos psicológicos, incluyendo una percepción alterada del mundo externo, trastornos de la personalidad y ansiedad.
La astenia también afecta las funciones sexuales, produciendo una disminución del deseo sexual y una disfunción eréctil. Los trastornos físicos más comunes son la pérdida del apetito, fatiga muscular y trastornos del sueño.
La astenia no es sinónimo de somnolencia. Somnolencia y apatía (entendida como indiferencia) pueden ser síntomas de la fatiga normal tras el esfuerzo físico o la falta de sueño. Si no se alivia durmiendo bien, y con poco estrés, debe ser valorada médicamente.
Otras causas frecuentes de astenia son las causas cardíacas y oncológicas por su gravedad, la ingesta de drogas y alcohol, la depresión y el embarazo en adolescentes, el síndrome de apnea obstructiva del sueño y el maltrato tanto a nivel escolar como familiar.
Es necesario diferenciar la astenia de la fatiga: los síntomas no mejoran con el descanso. Tampoco se debe confundir con la fatiga crónica. Si los síntomas se presentan durante más de 6 meses, y no se deben a un estado de depresión es posible estar ante el síndrome de fatiga crónica.
Un caso particular de astenia es la astenia primaveral, trastorno de origen incierto que se presenta con la llegada de esta estación.
La astenia puede aparecer en múltiples infecciones y enfermedades, tanto orgánicas como funcionales. Por ejemplo: