En el mundo actual, Termoarcilla se ha convertido en un tema de gran relevancia e interés. Desde su surgimiento, Termoarcilla ha capturado la atención de expertos y entusiastas, generando debate y reflexión en diversos ámbitos. Su impacto no ha pasado desapercibido, en parte debido a su influencia en la sociedad contemporánea. En este artículo, nos adentraremos en el fascinante mundo de Termoarcilla, explorando sus múltiples facetas y destacando su importancia en diferentes contextos. A través de un análisis detallado, descubriremos las implicaciones y el alcance de Termoarcilla en el mundo actual.
Una termoarcilla es un bloque cerámico de baja densidad y mayor grosor que el ladrillo convencional, que se utiliza como alternativa a otros materiales de construcción más comunes, como los ladrillos o los bloques de hormigón.
La porosidad del material, junto con su geometría, permiten conseguir muros de una sola hoja con similares prestaciones que los muros compuestos por varias capas.
La termoarcilla ahorra en medios auxiliares, ya que no se necesita encofrado y puede ser abordada por un autoconstructor. Por ejemplo, empleando bloques termoacústicos de arcilla aligerada o termoarcilla, se pueden levantar muros portantes de una sola hoja, con prestaciones equivalentes a los compuestos por dos hojas y cámara de aire aislada, con el consiguiente incremento en el rendimiento de ejecución, puesto que se reduce la mano de obra, se ahorra mortero y se puede prescindir de los aislantes térmicos y acústicos. A modo comparativo, en un muro de este tipo se emplea media hora para levantar un metro cuadrado, mientras que en uno de dobla hoja, casi se necesitan dos horas.
Entre sus cualidades singulares figura su porosidad, que permite la transpiración de la vivienda, y su buena inercia térmica.
Las ventajas que presenta el bloque Termoarcilla son las siguientes:
Partiendo de una mezcla de arcilla, esferas de poliestireno expandido y otros materiales granulares, que se gasifican durante el proceso de cocción a más de 900 °C sin dejar residuos, se origina una fina porosidad homogéneamente repartida en la masa cerámica del bloque. Se trata de macroporos visibles. Otros aditivos empleados para aligerar la arcilla son: pasta de papel, orujillo, etc. Para seguir mejorando el producto, se está llevando a cabo un estudio, que está en fase experimental, para determinar con qué aditivos se podría conseguir una microporosidad óptima en la arcilla cocida constituyente del bloque. Esta microporosidad, no sería apreciable a simple vista, y permitiría mejorar el aislamiento térmico de los bloques.