Racionalidad

El término racionalidad , del latín “ratio” ( razón , es decir , razón , razón, sentido) indica la propiedad de aquellos principios o procesos dotados de una lógica consecuente y establecida a priori . En el habla cotidiana indica comportarse de manera equilibrada.

Orígenes filosóficos del concepto

La racionalidad se entendía originalmente como la facultad discursiva de producir inferencias lógicas , es decir, el razonamiento que, haciendo uso de premisas iniciales para llegar a conclusiones , las utilizaba a su vez como premisas para conclusiones ulteriores según el antiguo modelo de la geometría de Euclides . En particular , Aristóteles retomó este método en el esquema de su silogismo deductivo .

Uso económico del término

El término racionalidad fue luego definido sistemáticamente por Max Weber , quien distingue entre " racionalidad basada en el valor " (o Wertrational , determinada por la voluntad del actor de seguir un criterio de valor que define cómo operar) y " racionalidad basada en el fin " (o Zweckrational , determinado por la voluntad del actor para lograr objetivos específicos).

Racionalidad instrumental

En el uso más común prevalece esta segunda acepción, también llamada racionalidad instrumental o económica, que en los estudios de Elección Racional y Teoría de Juegos se describe formalmente en modelos lógicos y matemáticos: el actor está dotado de preferencias respecto a estados futuros del mundo, tal que de cada uno obtendrá un cierto nivel de utilidad; al mismo tiempo el actor conoce, o imagina, los posibles cursos de acción a tomar y las consecuencias que tendrán sobre la probabilidad de ocurrencia de cada uno de estos estados del mundo; al cruzar tales cursos de acción con las utilidades esperadas de su desarrollo, el actor elige actuar de la manera que maximiza su utilidad esperada.

Variantes

La dificultad de aplicar este modelo a la realidad, en la que el actor rara vez tiene una visión completa y clara de las consecuencias de su acción, llevó al estudioso estadounidense Herbert Simon ( Premio Nobel de Economía ) a introducir el concepto de " racionalidad limitada ": predecir o comprender la acción de un individuo, el estudioso debe evaluar cuáles eran los conocimientos, valores y entorno del actor en el momento de la decisión (las denominadas “premisas para la toma de decisiones”). Una segunda dificultad en la aplicación del modelo de racionalidad instrumental deriva de la incapacidad de muchos actores para definir sus preferencias y ordenarlas de manera unívoca; esta situación de incertidumbre radical es resuelta por el actor adhiriéndose a conductas “institucionalizadas”, que responden a una racionalidad muy particular, denominada lógica de la adecuación .

Además del comportamiento del individuo, el concepto de racionalidad puede aplicarse al comportamiento de comunidades y organizaciones; elemento esencial del modelo burocrático ( burocracia ), la racionalidad de los procesos de toma de decisiones en las políticas públicas es generalmente considerada inaplicable por las mismas razones, amplificadas, por las cuales no encuentra correspondencia en las acciones individuales. Por ello, como alternativa al modelo de racionalidad instrumental, se han desarrollado en Ciencias Políticas los modelos de incrementalismo y papelera , que asignan el papel de variable determinante de la acción respectivamente al ajuste mutuo entre los actores y al azar.

La racionalidad organizacional de los individuos se debe a un conocimiento imperfecto de las premisas de decisión, de las alternativas de elección, de las relaciones instrumentales y de los objetivos.

Bibliografía

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