Principado adoptivo

El Principado adoptado fue un método de sucesión utilizado en la antigua Roma por los emperadores romanos Nerva , Traiano , Adriano y Antonino Pio , si bien ya con Galba empezamos a hablar de la necesaria elección de un sucesor y consistía en elegir (y en consecuencia adoptar ) una persona ajena al ámbito familiar, permitiendo así el nombramiento del hombre que se considere más idóneo para gobernar.

Origen

El anciano senador Marco Cocceio Nerva, una vez elegido emperador, se dedicó intensamente a la rehabilitación de la situación agrícola romana, golpeada por una grave crisis. Durante sus dos años de gobierno (del 96 al 98 dC) Nerva adoptó como hijo a Marco Ulpio Trajano. La política interna de Trajano se centró en el desarrollo de los recursos económicos italianos; Para favorecer la reanudación de la agricultura, el emperador ordenó a los miembros del Senado que invirtieran al menos un tercio de sus bienes en actividades itálicas destinadas a desarrollar el trabajo en los campos. Además, para mejorar la unidad de todo el imperio, extendió los derechos de ciudadanía en las distintas provincias, promovió el uso de la lengua latina y se dedicó personalmente al control de las administraciones provinciales. Pero el gran compromiso mostrado por Trajano durante los años de su gobierno, encuentra testimonio en las actividades de política exterior. Entre el 101 y el 106 dC el emperador puso fin a la guerra contra los dacios de Decébalo, con la consiguiente ocupación del territorio que quedó reducido a una provincia del Imperio Romano. El nombre actual de esa región, Rumanía, puede hacernos entender cuán profunda debió ser la influencia romana en aquellos tiempos. Simultáneamente con la campaña de Dacia, el emperador completó la conquista del noroeste de Arabia, que a su vez se convirtió en una provincia con el nombre de "Arabica". Entre 114 y 116 dC Trajano reanudó la ofensiva contra los partos que, según sus planes, conduciría a una penetración romana hasta la India. Los planes del emperador, sin embargo, no se materializaron, debido a una gran insurrección de esos pueblos, y el gobierno de Roma tuvo que contentarse con anexar al imperio únicamente las provincias de Armenia, Mesopotamia y Asiria. En 117, mientras aún estaba en Cilicia, Trajano sufrió una parálisis y murió lejos de Roma. A la muerte de Trajano se produce la máxima expansión del imperio. Es bueno precisar en este punto que Trajano no se dedicó intensamente a la política exterior sólo por un injustificado afán expansionista sino que buscó de esta forma reavivar la dificilísima situación económica italiana, trayendo a Roma cuantiosos botines, recursos minerales (como como las de Dacia, ricas en oro) y nuevas masas de esclavos. Trajano adoptó como heredero a Publio Elio Adriano, que en el año 117 fue elegido emperador por el Senado.

adriano

Adriano, también de origen español, al darse cuenta de que las finanzas del imperio no podían permitir otras campañas militares, prefirió volver a una política exterior de simple contención. Un testimonio de esta actitud puede considerarse el Vallum Adriani (el "Muro de Adriano"), que es un bastión defensivo construido en Gran Bretaña por el emperador contra las incursiones de las tribus escocesas. Durante su reinado Adriano completó un vasto programa de reorganización del imperio, realizando una larga serie de inspecciones en todas las provincias romanas y afrontando personalmente y con gran diligencia los problemas administrativos de las distintas áreas. A pesar de su disposición pacífica, Adriano también se vio obligado a recurrir a las armas para reprimir una amarga revuelta desatada por los judíos. Entre 131 y 135 las legiones romanas se enfrentaron victoriosamente a las poblaciones judías, que sufrieron una nueva persecución y fueron expulsadas definitivamente de su tierra. En el año 138, a la muerte de Adriano, llega al poder Tito Aurelio Antonino, apodado "Pío", por su celo en querer renovar los cultos religiosos.

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