En el presente artículo se abordará el tema de Papel sellado, el cual ha cobrado gran relevancia en los últimos tiempos. Desde sus orígenes hasta su impacto actual en la sociedad, se examinará su evolución y su influencia en diferentes ámbitos. Papel sellado ha captado la atención de expertos y público en general, generando debates y reflexiones en torno a su importancia y repercusión. A través de un análisis exhaustivo, se explorarán distintas perspectivas y se ofrecerá una visión integral de Papel sellado, con el objetivo de proporcionar una comprensión más profunda sobre este tema.
El papel sellado o timbrado es un tipo especial de papel que contiene un impuesto de timbre, y que es exigido, en ciertos países, para efectuar trámites judiciales o administrativos.
En 1632, junto con el estanco del tabaco, las Cortes de Castilla aprobaron el estanco del papel sellado, presentado como aplicación de los derechos y regalías del monarca, con objeto de mejorar la fiabilidad de las escrituras públicas y contribuir a los gastos de la monarquía.
El impuesto quedó definido por la Real Pragmática de 1636, de 15 de diciembre, de modo que desde el primero de enero de 1637 no tendrían ningún valor los documentos que no llevasen el sello, de los que se manda hacer cuatro (el más caro, de ocho reales, para todo tipo escrituras, cédulas y otros documentos administrativos).
Su importancia para la consolidación de la moderna burocracia, así como para la historia administrativa y financiera resulta fundamental. Cinco años después Colbert introdujo en Francia un sistema similar.
El papel timbrado ha sido ampliamente utilizado en todo el mundo para recaudar impuestos sobre documentos como arrendamientos, acuerdos, recibos, testamentos y muchos otros. Los papeles se compran en blanco aparte del sello preimprimido y están disponibles en oficinas de abogados, oficinas de correos y tribunales de acuerdo con las regulaciones locales. Las partes implicadas lo presentan ante el tribunal u otra parte interesada. Es una forma eficiente de recaudar impuestos sin necesidad de presentarlos a una oficina del gobierno.