En el presente artículo exploraremos a fondo el tema de Lara (mitología), un tema de gran relevancia en la actualidad que afecta a diferentes sectores de la sociedad. Investigaremos su origen, historia y evolución a lo largo del tiempo, así como su impacto en la vida cotidiana de las personas. Además, analizaremos diferentes perspectivas y opiniones sobre Lara (mitología), con el objetivo de proporcionar una visión amplia y completa de este tema. A través de esta investigación, pretendemos ofrecer a nuestros lectores una comprensión más profunda de Lara (mitología), para que puedan formarse una opinión informada y contribuir al debate en torno a este asunto.
Lara (del griego λαλέω, "hablar" ), también llamada Lala, Laranda, Larunda o Tácita es, en la mitología romana, el nombre de una náyade, hija del oceánida Almón y famosa tanto por su belleza como por su charlatanería. Este último defecto, que sus padres habían intentado corregirle, la hacía incapaz de guardar cualquier secreto.
Habiéndose enamorado Júpiter de Yuturna, no pudo satisfacer sus deseos, pues la ninfa se arrojó al Tíber para esconderse de él. Entonces Júpiter llamó en su auxilio a todas las náyades y les rogó que impidiesen que Yuturna se escondiese en sus orillas. Las náyades cumplieron este ruego, a excepción de Lara, quien además de advertir a Yuturna, acudió a Juno, la esposa de Júpiter, y le relató los devaneos del dios.
En castigo por su indiscreción, Júpiter le arrancó la lengua y ordenó a Mercurio que la encerrase en los infiernos. En el camino, la viola aprovechando su incapacidad para pedir auxilio. Ella dio a luz dos gemelos, llamados los lares, que custodiaban las encrucijadas y vigilaban las ciudades.
Por su larga estancia en el inframundo Lara se convirtió involuntariamente en una ninfa ctónica, y con el tiempo Numa Pompilio inició su culto como Tácita, la diosa silenciosa (Dea Muta), convencido de que en el buen gobierno de una nación esta diosa era tan necesaria como la de la elocuencia.