En el mundo actual, Japón se ha convertido en un tema de gran relevancia e interés para una amplia variedad de personas. Su impacto y alcance son tan significativos que no pasan desapercibidos en ningún ámbito. Desde el ámbito académico, pasando por el mundo laboral, hasta la esfera personal, Japón despierta un gran interés y debate. A medida que nos adentramos en este tema, nos daremos cuenta de la importancia que tiene en la sociedad actual y cómo su influencia ha ido creciendo a lo largo del tiempo. Además, exploraremos sus implicaciones, desafíos y potenciales soluciones, con el objetivo de comprender a fondo este fenómeno y sus consecuencias en nuestro día a día.
Japón 日本国 (japonés) Nippon-koku | ||||
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Himno: 君が代 Kimi ga yo (en japonés: «El reino de Su Majestad Imperial») | ||||
Territorio controlado por Japón en verde oscuro; territorio reclamado pero no controlado en verde claro. | ||||
Capital (y ciudad más poblada) |
Tokio 35°41′00″N 139°46′00″E / 35.683333333333, 139.76666666667 | |||
Idioma oficial | Ninguno | |||
• Hablados |
Japonés (lengua nacional de facto) Múltiples idiomas de la familia de lenguas japónicas | |||
Gentilicio |
Japonés, -sa Nipón, -na | |||
Forma de gobierno | Monarquía parlamentaria | |||
• Emperador | Naruhito | |||
• Primer ministro | Shigeru Ishiba | |||
Órgano legislativo | Dieta Nacional | |||
Formación • Fundación • Restauración Meiji • Imperio japonés • Constitución actual |
11 de febrero de 660 a. C. 3 de enero de 1868 3 de enero de 1868 3 de mayo de 1947 | |||
Superficie | Puesto 61.º | |||
• Total | 377 975 km² | |||
• Agua (%) | 1,40 %(2015) | |||
Fronteras | 0 km | |||
Línea de costa | 29 751 km | |||
Punto más alto | Monte Fuji | |||
Población total | Puesto 11.º | |||
• Estimación (2023) | 123 719 238 hab. | |||
• Densidad (est.) | 327.32 hab./km² | |||
PIB (PPA) | Puesto 4.º | |||
• Total (2022) | 6,11 billones dólares | |||
• Per cápita | 48,813 dólares | |||
PIB (nominal) | Puesto 3.º | |||
• Total (2022) | 4,301 millones dólares | |||
• Per cápita | 34 358 dólares | |||
IDH (2022) | 0,920 (24.º) – Muy Alto | |||
Coeficiente de Gini | 33,0 medio (2018) | |||
Moneda |
Yen (¥, JPY ) | |||
Huso horario | UTC+9 | |||
Código ISO | 392 / JPN / JP | |||
Dominio internet | .jp | |||
Prefijo telefónico |
+81 | |||
Prefijo radiofónico |
7JA-7NZ / 8JA-8NZ / JAA-JSZ | |||
Siglas país para aeronaves | JA | |||
Siglas país para automóviles | J | |||
Código del COI | JPN | |||
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Japón (en japonés: 日本, ⓘ, formalmente 日本国, Nippon-koku), es un país insular de Asia Oriental ubicado en el noroeste del océano Pacífico. Limita con el mar del Japón al oeste y se extiende desde el mar de Ojotsk en el norte hasta el mar de la China Oriental y Taiwán en el sur. Su territorio comprende un archipiélago de 14 125 islas que cubren 377 978 km² sobre el denominado anillo de fuego del Pacífico; las cinco islas principales del país, de norte a sur, son Hokkaidō, Honshū, Shikoku, Kyūshū y Okinawa.
La capital y ciudad más grande de Japón es Tokio, aunque el país cuenta con numerosas ciudades de gran importancia cultural y económica como Yokohama, Osaka, Nagoya, Sapporo, Fukuoka, Kōbe y Kioto.
Japón es el undécimo país con más habitantes del mundo, así como uno de los más densamente poblados y urbanizados. Aproximadamente las tres cuartas partes del territorio del país son montañosas, y su población de 126 millones de personas se concentra en estrechas llanuras costeras. Está dividido en 47 prefecturas administrativas y ocho regiones tradicionales, en las que se encuentra el área metropolitana de Tokio, el área metropolitana más poblada del mundo, con más de treinta y siete millones de residentes.
Japón ha estado habitado desde el Paleolítico superior (30 000 a. C.), aunque las primeras menciones del archipiélago aparecen en las crónicas chinas del siglo I. Entre los siglos IV y IX, los reinos de Japón se unificaron bajo un emperador y su corte imperial con sede en Heian-kyō. Sin embargo, a partir del siglo XII, el poder político estaba en manos de una serie de dictadores militares (shōgun) y señores feudales (daimyō), y lo imponía una clase de nobleza guerrera (samuráis). Después de un siglo de guerra civil, el país se reunificó en 1603 bajo el shogunato Tokugawa, cuando puso en práctica una política exterior aislacionista. En 1854, una flota de los Estados Unidos obligó a Japón a abrir el comercio con Occidente, lo que provocó el fin del shogunato y la restauración del poder imperial en 1868. La Restauración Meiji dio inicio al Imperio del Japón (1868-1947), que adoptó una constitución de estilo occidental y prosiguió un programa de industrialización y modernización. En 1937, Japón invadió China y cuatro años después entró en la Segunda Guerra Mundial como potencia del Eje. Después de sufrir la derrota en la guerra y los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, Japón se rindió en 1945 y quedó bajo una ocupación aliada de siete años, en la que adoptó una nueva constitución. Desde 1947, Japón ha mantenido una monarquía constitucional parlamentaria unitaria con una legislatura bicameral, la Dieta Nacional.
Japón es una gran potencia mundial y miembro de numerosas organizaciones internacionales, incluidas las Naciones Unidas (desde 1956), la OCDE y el G7. Aunque ha renunciado a su derecho a declarar la guerra, el país mantiene Fuerzas de Autodefensa que están clasificadas como el cuarto ejército más poderoso del mundo. Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón experimentó un alto crecimiento económico, convirtiéndose en 1972 en la segunda economía más grande del mundo antes de ser superado por China en 2010. A pesar del estancamiento económico desde la «década perdida», la economía del país sigue siendo la tercera más grande por PIB nominal y la cuarta más grande por PPA. Líder en las industrias automotriz y electrónica, Japón ha realizado importantes contribuciones a la ciencia y la tecnología. Clasificado como el segundo país más alto en el índice de desarrollo humano de Asia después de Singapur, Japón tiene la esperanza de vida más alta del mundo, aunque está experimentando una disminución de la población. La cultura japonesa es mundialmente conocida, incluyendo su arte, cocina, música y cultura popular, que abarca industrias prominentes de la animación, los videojuegos y el manga.
El nombre de Japón en japonés se escribe «日本» y se pronuncia habitualmente Nihon, o también Nippon. La denominación oficial en japonés es Nippon-koku (日本国? , literalmente «Japón-país»). Antes de que este nombre fuera adoptado a principios del siglo VIII, el país era conocido en China como Wa (倭?) y en Japón por el endónimo Yamato. Nippon, la lectura sino-japonesa original de los caracteres, se prefiere hoy para usos oficiales, incluso en billetes de banco y sellos postales. Nihon se utiliza normalmente en el habla cotidiana y refleja cambios en la fonología japonesa durante el período Edo. La combinación de los caracteres «日本» significan «origen del sol», en referencia a la ubicación relativamente oriental de Japón. Es la fuente del popular epíteto occidental «país del Sol Naciente».
El nombre «Japón» se basa en la pronunciación china y se introdujo en los idiomas europeos a través de las primeras relaciones comerciales. En el siglo XIII, Marco Polo registró la temprana pronunciación del mandarín o del chino Wu de los caracteres «日本國» como Cipango. El antiguo nombre malayo para Japón, Japang o Japun, fue tomado de un dialecto chino de la costa sur y lo encontraron los comerciantes portugueses en el sudeste asiático, quienes llevaron la palabra a Europa a principios del siglo XVI. La primera versión del nombre en inglés aparece en un libro publicado en 1577, que deletreaba el nombre como Giapan en una traducción de una carta portuguesa de 1565.
El primer asentamiento conocido en las islas del Japón surgió hace unos 30.000 a. C. durante la época del paleolítico. Esto fue seguido durante el comienzo del período Jōmon (alrededor del 14 500 a. C.) por una cultura de cazadores-recolectores semi-sedentarios del Mesolítico al Neolítico, caracterizada por tener casas en zanjas y una agricultura rudimentaria. Las vasijas de arcilla de la época se encuentran entre los especímenes más antiguos que se conservan de la cerámica antigua. Cerca del año 1000 a. C. el pueblo yayoi comenzó a ingresar al archipiélago desde Kyushu, mezclándose con la población existente de los Jōmon; el período Yayoi vio la introducción de prácticas como el cultivo de arroz, un nuevo estilo de alfarería, y la metalurgia de China y Corea. Según la leyenda, en el 660 a. C. el emperador Jinmu fundó un reino en el centro de Japón, donde comenzó una línea imperial continua.
Japón aparece por primera vez en la historia escrita en el Libro de Han, completado en 111 d. C. El budismo fue introducido en el año 552 desde el reino coreano de Baekje, siendo el desarrollo posterior del budismo japonés principalmente influenciado por China. A pesar de la resistencia inicial, el budismo fue promovido por la clase dominante, incluyendo a tales figuras como el príncipe Shōtoku, y obtuvo una amplia aceptación a partir del período Asuka (592–710).
Las reformas de Taika en el año 645 nacionalizaron todas las tierras del Japón, para ser distribuidas por igual entre los agricultores, y ordenaron la compilación de un registro de hogares como base para un nuevo sistema de impuestos. La guerra Jinshin de 672, un conflicto entre el príncipe Ōama y su sobrino, el príncipe Ōtomo, se convirtió en un catalizador importante para nuevas reformas administrativas, que culminaron con la promulgación del Código Taihō, el cual consolidó los estatutos existentes y afirmó la estructura de los gobiernos locales centrales y subordinados. Gracias a esto fue creado el estado Ritsuryō, un sistema de gobierno centralizado al estilo chino que se mantuvo vigente durante medio milenio.
El período Nara (710–784) marcó el surgimiento de un estado japonés centrado en la Corte Imperial en Heijō-kyō, correspondiente a la prefectura actual de Nara. El período se caracteriza por la aparición de una prometedora cultura literaria con la producción de obras como Kojiki (712) y Nihonshoki (720), así como el desarrollo de obras de arte y arquitectura de inspiración budista. Se cree que entre 735 y 737 una epidemia de viruela acabó con hasta un tercio de la población de Japón. En 784 el emperador Kanmu trasladó la capital, la cual en 794 se estableció en Heian-kyō, o la actual prefectura de Kioto. Esto marcó el comienzo del período Heian (794-1185), en el que surgió una cultura japonesa indudablemente indígena. La historia de Genji de Murasaki Shikibu y la letra del himno nacional de Japón, Kimigayo, fueron escritas durante esta época.
La era feudal de Japón se caracterizó por el surgimiento y el dominio de una clase gobernante de guerreros samuráis. En 1185, tras la derrota del clan Taira en la Guerra de Genpei, el samurái Minamoto no Yoritomo estableció un gobierno militar en Kamakura. El clan Hōjō llegó al poder como regente de los shōguns después de la muerte de Yoritomo, introduciendo la escuela zen del budismo originaria de China que se hizo popular entre la clase samurái durante el período Kamakura (1185-1333). El shogunato de Kamakura repelió las invasiones mongolas en 1274 y 1281, pero finalmente fue derrocado por el emperador Go-Daigo. Este emperador fue derrotado por Ashikaga Takauji en 1336, comenzando el período Muromachi (1336-1573), sin embargo, el siguiente shogunato no pudo controlar a los señores de la guerra feudales (daimyōs) y una guerra civil comenzó en 1467, abriendo el período Sengoku de un siglo («Estados en guerra»).
Durante el siglo XVI, Japón inició un intercambio comercial y cultural con Occidente cuando los comerciantes portugueses y los misioneros jesuitas llegaron a la isla por primera vez. Oda Nobunaga usó tecnología europea y armas de fuego para conquistar muchos otros daimyōs; su consolidación del poder inició lo que se conoció como el período Azuchi-Momoyama. Después de la muerte de Nobunaga en 1582, su sucesor Toyotomi Hideyoshi unificó la nación a principios de la década de 1590 y lanzó dos invasiones infructuosas de Corea en 1592 y 1597.
Tokugawa Ieyasu sirvió como regente del hijo de Hideyoshi, Toyotomi Hideyori, y usó su puesto para obtener apoyo político y militar. Cuando estalló la guerra abierta, Ieyasu derrotó a los clanes rivales en la batalla de Sekigahara en 1600. Fue nombrado shōgun por el emperador Go-Yōzei en 1603 y estableció el shogunato Tokugawa en Edo (la actual Tokio). El shogunato promulgó medidas que incluían el buke shohatto, como un código de conducta para controlar a los daimyōs autónomos, y en 1639 el aislacionista sakoku («país cerrado») política que abarcó los dos siglos y medio de tenue unidad política conocida como el período Edo (1603-1868). El crecimiento económico del Japón moderno comenzó en este período, lo que resultó en carreteras y rutas de transporte acuático, así como en instrumentos financieros como contratos de futuros, banca y seguros de los corredores de arroz de Osaka. El estudio de las ciencias occidentales (rangaku) continuó a través del contacto con el enclave neerlandés en Nagasaki. El período Edo también dio lugar a kokugaku («estudios nacionales»), el estudio de Japón por parte de los japoneses.
En 1854, el comodoro Matthew Perry y los «barcos negros» de la Armada de los Estados Unidos forzaron la apertura de Japón al mundo exterior con el tratado de Kanagawa. Los tratados similares posteriores con otros países occidentales provocaron crisis económicas y políticas. La renuncia del shōgun condujo a la Guerra Boshin y al establecimiento de un estado centralizado nominalmente unificado bajo el emperador (la Restauración Meiji). Adoptando instituciones políticas, judiciales y militares occidentales, el Gabinete organizó el Consejo Privado, introdujo la Constitución Meiji y reunió la Dieta Imperial. Durante la era Meiji (1868-1912), el Imperio del Japón emergió como la nación más desarrollada de Asia y como una potencia mundial industrializada que persiguió el conflicto militar para expandir su esfera de influencia. Después de las victorias en la primera guerra sino-japonesa (1894-1895) y la guerra ruso-japonesa (1904-1905), Japón ganó el control de Taiwán, Corea y la mitad sur de Sajalín. La población japonesa se duplicó de 35 millones en 1873 a 70 millones en 1935, con un cambio significativo hacia la urbanización.
A principios del siglo XX, un período de democracia Taishō (1912-1926) se vio ensombrecido por el creciente expansionismo y militarismo. La Primera Guerra Mundial permitió a Japón, que se unió al bando de los aliados victoriosos, capturar posesiones alemanas en el Pacífico y en China. La década de 1920 vio un cambio político hacia el estatismo, un período de anarquía después del Gran terremoto de Tokio en septiembre de 1923, la aprobación de leyes contra la disidencia política y una serie de intentos de golpes de Estado. Este proceso se aceleró durante la década de 1930, dando lugar a una serie de grupos nacionalistas radicales que compartían una hostilidad hacia la democracia liberal y una dedicación a la expansión en Asia. En 1931, Japón invadió y ocupó Manchuria; tras la condena internacional de la ocupación, dimitió de la Sociedad de Naciones dos años después. En 1936, Japón firmó el Pacto Antikomintern con la Alemania nazi; el Pacto Tripartito de 1940 lo convirtió en una de las potencias del Eje.
El Imperio del Japón invadió otras partes de China en 1937, precipitando la segunda guerra sino-japonesa (1937-1945). En 1940, el Imperio invadió la Indochina francesa, después de lo cual Estados Unidos impuso un embargo de petróleo a Japón. Del 7 al 8 de diciembre de 1941, las fuerzas japonesas llevaron a cabo ataques sorpresa en Pearl Harbor, así como en las fuerzas británicas en Malasia, Singapur y Hong Kong, entre otros, comenzando la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico. En todas las áreas ocupadas por Japón durante la guerra, se cometieron numerosos abusos contra los habitantes locales, muchos de ellos fueron forzados a la esclavitud sexual. Después de las victorias aliadas durante los siguientes cuatro años, que culminaron con la invasión soviética de Manchuria y los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki en 1945, Japón acordó una rendición incondicional. La guerra le costó a Japón sus colonias y millones de vidas. Los aliados (liderados por Estados Unidos) repatriaron a millones de colonos japoneses de sus antiguas colonias y campamentos militares en toda Asia, eliminando en gran parte el imperio japonés y su influencia sobre los territorios que conquistó. Los Aliados también convocaron al Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente para procesar a los líderes japoneses por crímenes de guerra.
En 1947, Japón adoptó una nueva constitución que enfatizaba las prácticas democráticas liberales. La ocupación aliada terminó con el Tratado de San Francisco en 1952, y Japón obtuvo la membresía en las Naciones Unidas en 1956. Un período de crecimiento récord impulsó a Japón a convertirse en la segunda economía más grande del mundo; esto terminó a mediados de la década de 1990 después del estallido de una burbuja financiera e inmobiliaria, comenzando la «Década perdida». El 11 de marzo de 2011, Japón sufrió uno de los terremotos más grandes registrados de su historia, provocando el desastre nuclear de Fukushima Daiichi. El 1 de mayo de 2019, después de la histórica abdicación del emperador Akihito, su hijo Naruhito se convirtió en el nuevo emperador, comenzando la Era reiwa.
El 22 de agosto de 2023, Japón anunció que comenzaría a liberar agua radiactiva tratada de la planta nuclear de Fukushima, afectada por el tsunami, en el océano Pacífico en 48 horas, a pesar de la oposición. Japón dice que el agua es segura, muchos científicos están de acuerdo, y la decisión llega semanas después de que el organismo de control nuclear de la ONU aprobara el plan; pero los críticos dicen que es necesario realizar más estudios y detener la liberación. Para el 24 de agosto de 2023, el Gobierno de Japón dio inicio al proceso de descargar el agua tratada y diluida de la central nuclear Fukushima al océano.
Japón es un Estado unitario con una monarquía constitucional en la que el poder del emperador es el de un jefe de Estado con un papel de arbitraje, diplomático y ceremonial, cuya implementación se debe llevar a cabo bajo previo consejo del Consejo de Estado. En cambio, el poder ejecutivo lo ejerce el primer ministro y su Gabinete, cuya soberanía recae en el monarca japonés. Naruhito es el emperador de Japón, después de haber sucedido a su padre Akihito en su acceso al Trono del Crisantemo en 2019.
El órgano legislativo de Japón es la Dieta Nacional, un parlamento bicameral. Consiste en una Cámara Baja de Representantes con 465 escaños, elegida por voto popular cada cuatro años o cuando se disuelva, y una Cámara Alta de Consejeros con 245 escaños, cuyos miembros sirven de manera vitalicia y en ciertos casos siendo el cargo hereditario. Existe el sufragio universal para los adultos mayores de 18 años, con voto secreto para todos los cargos electos. El primer ministro, como jefe de Gobierno, tiene el poder de nombrar y destituir a los ministros de Estado, y es nombrado por el emperador después de haber sido designado entre los miembros de la Dieta. Desde 2024, Shigeru Ishiba es el actual primer ministro de Japón.
Históricamente influenciado por la ley china, el sistema legal japonés se desarrolló de forma independiente durante el período Edo (1603-1868) a través de textos como Kujikata Osadamegaki. Sin embargo, desde 1896 se encuentra en vigor en Japón un código civil basado en el Código Civil de Alemania, con modificaciones posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Japón, así como la Mancomunidad de Naciones históricamente vinculadas al Reino Unido, acopla un modelo de Convención Constitucional, tras la disolución de la Constitución adoptada en 1947. La constitución requiere que el emperador promulgue la legislación aprobada por la Dieta sin otorgarle el poder de oponerse. El cuerpo principal de la ley estatutaria japonesa se llama Seis Códigos. El sistema judicial de Japón se divide en cuatro niveles básicos: la Corte Suprema y tres niveles de tribunales inferiores.
Miembro de las Naciones Unidas desde 1956, Japón es una de las naciones del G4 que busca ser miembro permanente del Consejo de Seguridad. Japón es miembro del G7, APEC y el Área de Libre Comercio de la ASEAN, y participa en la Cumbre de Asia Oriental. Japón firmó un pacto de seguridad con Australia en marzo de 2007 y con la India en octubre de 2008. Es el quinto mayor donante mundial de asistencia oficial para el desarrollo, con una donación de $9 200 000 000 en 2014. En 2017, Japón tenía la quinta red diplomática más grande del mundo.
Japón tiene voluminosas relaciones económicas y militares con los Estados Unidos, con el que mantiene una alianza de seguridad. Estados Unidos es un mercado importante para las exportaciones japonesas y una fuente importante de importaciones japonesas, y está comprometido a defender el país, con bases militares en Japón. Después de la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, las Islas Marianas del Norte, gobernadas por los japoneses, quedaron bajo el control de Estados Unidos.
Históricamente, la relación de Japón con Corea del Sur se había visto tensada debido al trato que dio Japón a los coreanos durante el gobierno colonial japonés, en particular por el tema de las mujeres de consuelo. En 2015, Japón acordó resolver la disputa de las mujeres de consuelo con Corea del Sur emitiendo una disculpa formal y pagando dinero a las mujeres de consuelo sobrevivientes. La década de 1990 vio un mayor interés en la cultura coreana en Japón, particularmente en relación con la comida, los viajes y la Copa del Mundo. La propagación de la ola coreana a principios de la década de 2000 (llamada ola hanryu o kanryu en Japón) aceleró esta tendencia, manifestándose, por ejemplo, en un seguimiento de culto para las series de televisión coreanas Sonata de invierno. Japón es un importante importador de música surcoreana (K-pop), televisión (K-drama) y otros productos culturales.
Japón está involucrado en varias disputas territoriales con sus vecinos. Japón impugna el control de Rusia de las islas Kuriles, que fueron ocupadas por la Unión Soviética en 1945. El control de Corea del Sur sobre las rocas de Liancourt es reconocido pero no aceptado, ya que Japón lo reclama. Japón tiene tensadas las relaciones con China y Taiwán por las islas Senkaku y el estatus de Okinotorishima.
Japón es el segundo país asiático mejor clasificado en el índice de paz global. Japón mantiene uno de los presupuestos militares más grandes del mundo. El ejército del país (las Fuerzas de Autodefensa de Japón) está restringido por el artículo 9 de la Constitución de Japón, que renuncia al derecho de Japón a declarar la guerra o utilizar la fuerza militar en disputas internacionales. El ejército está gobernado por el Ministerio de Defensa y consiste principalmente en la Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón, la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón y la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón. La Fuerza de Autodefensa Marítima es un participante habitual en los ejercicios marítimos de RIMPAC. El despliegue de tropas en Irak y Afganistán marcó el primer uso de las fuerzas armadas de Japón en el extranjero desde la Segunda Guerra Mundial.
El gobierno de Japón ha realizado cambios en su política de seguridad que incluyen el establecimiento del Consejo de Seguridad Nacional, la adopción de la estrategia de Seguridad Nacional y el desarrollo de las Directrices del Programa de Defensa Nacional. En mayo de 2014, el primer ministro Shinzō Abe dijo que Japón quería deshacerse de la pasividad que ha mantenido desde el final de la Segunda Guerra Mundial y asumir más responsabilidad por la seguridad regional. Las tensiones recientes, particularmente con Corea del Norte y China, han reavivado el debate sobre el estado del JSDF y su relación con la sociedad japonesa.
Japón está dividido en 47 prefecturas, cada una supervisada por un gobernador electo y una legislatura. Las prefecturas son el primer nivel de organización territorial de Japón, y no existe ninguna división administrativo-gubernativa oficial entre las prefecturas y la administración nacional.
No obstante, las 47 prefecturas son agrupadas de distintas formas por distintos organismos para sus fines específicos. Así, existen diversas formas de agrupar las prefecturas, en función de distritos electorales, deportes, jurisdicciones de cada ministerio, etc. Una de las más comúnmente referenciadas es la agrupación que hace la educación primaria japonesa, según la cual el país está dividido en siete regiones: Hokkaido, Tohoku, Kanto, Chubu, Kansai, Chugoku/Shikoku y Kyushu. Esta división, separando las regiones de Chugoku y Shikoku, es habitualmente utilizada para agrupar las preferecturas japonesas, aunque no a nivel oficial. En el siguiente cuadro, las 47 prefecturas están agrupadas en estas ocho regiones:
1. Hokkaidō |
2. Aomori |
8. Ibaraki |
15. Niigata | |
24. Mie |
31. Tottori |
|
40. Fukuoka |
Japón consta de 6852 islas que se extienden a lo largo de la costa asiática del océano Pacífico. Se extiende a lo largo de 3000 km, desde el mar de Ojotsk en el noreste hasta el mar de la China Oriental en el suroeste. Las cinco islas principales del país, de norte a sur, son Hokkaidō, Honshū, Shikoku, Kyūshū y Okinawa. Al sur de la isla de Kyushu se encuentra la cadena de las islas Ryukyu, que incluyen a Okinawa. Al sur y al este de las islas principales están las islas Nanpō. Juntas, a menudo se las conoce como archipiélago japonés.
Desde 2019, el territorio de Japón es 377 975.24 km². Japón ocupa la sexta posición en la lista de países por longitud de costa, con 29 751 km. Debido a sus muchas lejanas islas periféricas, Japón tiene la sexta zona económica exclusiva más grande del mundo, que cubre 4 470 000 km².Los proyectos de finales del siglo XX y principios del XXI incluyen islas artificiales como el Aeropuerto Internacional Chubu Centrair en la bahía de Ise, el Aeropuerto Internacional de Kansai en medio de la bahía de Osaka, Yokohama Hakkeijima Sea Paradise y Wakayama Marina City.
Aproximadamente el 73 % del territorio de Japón es boscoso, montañoso y no apto para uso agrícola, industrial o residencial. Como resultado, las zonas habitables, principalmente en las áreas costeras, tienen densidades de población extremadamente altas: Japón es uno de los países con más densidad poblacional, solo superado por países como Bangladés, Líbano, Países Bajos, Corea del Sur, Israel, India, Haití, Bélgica y Filipinas, además de por ciudades-estado y pequeños países insulares.
Debido a su ubicación a lo largo del anillo de Fuego del Pacífico, Japón es sustancialmente propenso a terremotos, tsunamis y volcanes. Ocupa el decimoséptimo puesto de mayor riesgo de desastres naturales medido en el Índice Mundial de Riesgo de 2016. Tiene 111 volcanes activos. Los terremotos destructivos, que a menudo resultan en tsunamis, ocurren varias veces cada siglo. El terremoto de Kanto de 1923 mató a más de 140 000 personas. Los terremotos importantes más recientes son el gran terremoto de Hanshin de 1995 y el terremoto de 2011, que provocó un gran tsunami, matando a más de 18 000 personas.
El clima de Japón es predominantemente templado, pero varía mucho de norte a sur. La región más boreal, Hokkaido, tiene un clima continental húmedo con inviernos largos y fríos y veranos desde muy cálidos a frescos. Las precipitaciones no son fuertes, pero se suelen acumular profundos montones de nieve en invierno. En la costa occidental de la isla de Honshu, los vientos invernales del noroeste traen fuertes nevadas durante el invierno. En el verano, la región a veces experimenta temperaturas extremadamente altas debido al viento foehn. El altiplano central tiene un típico clima continental húmedo, con grandes diferencias de temperatura entre verano e invierno. En el sur, las montañas de las regiones de Chūgoku y Shikoku protegen el mar interior de Seto de los vientos estacionales, lo que trae un clima templado durante todo el año.
La costa del Pacífico presenta un clima subtropical húmedo que experimenta inviernos más suaves con nevadas ocasionales y veranos cálidos y húmedos debido al viento estacional del sureste. Las pequeñas islas de los archipiélagos Ryukyu y Nanpō tienen un clima subtropical, con inviernos cálidos y veranos calurosos. Las precipitaciones son muy fuertes, especialmente durante la temporada de lluvias.
La temperatura media en invierno en Japón es de 5.5 °C y la temperatura media en verano es de 27.5 °C. La temperatura más alta registrada en Japón es de 41.1 °C; se registró en julio de 2018 y en agosto de 2020. La principal temporada de lluvias comienza a principios de mayo en Okinawa, y el frente de lluvia se mueve gradualmente hacia el norte hasta llegar a la isla de Hokkaido a fines de junio. A finales del verano y principios del otoño, los tifones suelen traer fuertes lluvias. Según el Ministerio de Medio Ambiente, las fuertes lluvias y el aumento de las temperaturas han causado varios problemas en la industria agrícola y en otros lugares.
Japón tiene nueve ecorregiones forestales que reflejan el clima y la geografía de las islas. Van desde bosques subtropicales húmedos de hoja ancha en las islas Ryūkyū y Bonin, hasta bosques templados latifoliados y mixtos en las regiones de clima templado de las islas principales, hasta bosques templados de coníferas en las partes frías e invernales de las islas del norte.
Japón tiene más de 90 000 especies de vida silvestre, incluidos el oso pardo, el macaco japonés, el perro mapache japonés, el pequeño ratón de campo japonés y la salamandra gigante japonesa.
Se ha establecido una gran red de parques nacionales para proteger áreas importantes de flora y fauna, así como 37 humedales Ramsar. Cuatro sitios han sido inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco por su excepcional valor natural.
En el período de rápido crecimiento económico posterior a la Segunda Guerra Mundial, el gobierno y las corporaciones industriales restaron importancia a las políticas ambientales. Como resultado, la contaminación ambiental se expandió en las décadas de 1950, 1960 y 1970. En respuesta a la creciente preocupación, en 1970 el gobierno introdujo varias leyes de protección ambiental. La crisis del petróleo en 1973 también alentó el uso eficiente de la energía debido a la falta de recursos naturales de Japón.
Japón ocupa el puesto 27 en el índice de desempeño ambiental de 2024, que mide el compromiso de una nación con la sostenibilidad ambiental. Japón es el 5.º mayor emisor de dióxido de carbono del mundo con 1 123 000 000 de toneladas en 2019. Como país anfitrión y signatario del Protocolo de Kioto de 1997, Japón tiene la obligación del tratado de reducir sus emisiones de dióxido de carbono y tomar otras medidas para frenar el cambio climático. En 2020, el gobierno de Japón anunció un objetivo de neutralidad de carbono para 2050. Los problemas ambientales incluyen la contaminación del aire urbano, la gestión de desechos, la eutrofización del agua, la conservación de la naturaleza, el cambio climático, la gestión de sustancias químicas y la cooperación internacional para la conservación.
Las autoridades japonesas han sido criticadas por la Red de Acción por el Clima, al margen de la Conferencia sobre el Cambio Climático de 2019, por sus escasas ambiciones de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el país. Además, Japón se ha convertido en el mayor financiador de proyectos de centrales eléctricas de carbón del mundo: a partir de 2020, se prevé la construcción de más de 22 centrales eléctricas de carbón en Japón, tras el corte de la flota nuclear japonesa causado por el desastre nuclear de Fukushima en 2011. Los bancos japoneses representaron el 32 por ciento de todos los préstamos directos a promotores de centrales de carbón en todo el mundo entre 2017 y 2019. Los tres grandes bancos del país (Mizuho, Mitsubishi y Sumitomo) ocupan los tres primeros puestos en la lista de este tipo de financiación, por delante del estadounidense Citigroup (4.º) y el francés BNP Paribas (5.º). La concienciación pública sobre cuestiones medioambientales sigue siendo muy baja. Las autoridades políticas y las élites económicas del país se niegan a renunciar a financiar nuevas centrales eléctricas de carbón, esgrimiendo argumentos geopolíticos o financieros.
Japón es uno de los países del mundo, junto con Colombia, Costa Rica y México, que utiliza mayores concentraciones de pesticidas. Un tercio de las especies de insectos registradas en Japón están en peligro de extinción.
Japón es el segundo consumidor mundial de plástico después de Estados Unidos. Desde 2019, el país no puede exportar sus residuos plásticos a China, que ha anunciado que no aceptará seguir siendo el «contenedor del mundo». Como resultado, actualmente se quema el 60% de los residuos plásticos.
Japón es la cuarta economía más grande del mundo, después de Alemania, China y Estados Unidos, en términos de PIB nominal; y la cuarta economía más grande del mundo, después de China, Estados Unidos y la India, en términos de paridad de poder adquisitivo. A partir de 2019, la deuda pública de Japón se estimó en alrededor del 230 por ciento de su producto interno bruto anual, el mayor de todos los países calificados. En 2019, la población activa de Japón estaba formada por unos 67 millones de trabajadores. Japón tiene una tasa de desempleo baja, de alrededor del 2,4 por ciento. Alrededor del 16 por ciento de la población se encontraba por debajo del umbral de pobreza en 2017.
Las exportaciones de Japón ascendieron al 18,5 por ciento del PIB en 2018. En 2019, los principales mercados de exportación de Japón eran los Estados Unidos (19,8 por ciento) y China (19,1 por ciento). Sus principales exportaciones son equipos de transporte, vehículos motorizados, productos de hierro y acero, semiconductores y componentes de automóviles. Los principales mercados de importación de Japón en 2019 eran China (23,5 por ciento), Estados Unidos (11 por ciento) y Australia (6,3 por ciento). Las principales importaciones de Japón son maquinaria y equipo, combustibles fósiles, productos alimenticios, productos químicos y materias primas para sus industrias.
Japón ocupa el puesto 29 de 190 países en el índice de facilidad para hacer negocios de 2019. La variante japonesa del capitalismo tiene muchas características distintivas: las empresas keiretsu son influyentes, y el empleo de por vida y la promoción profesional basada en la antigüedad son relativamente comunes en el entorno laboral japonés. Las empresas japonesas son conocidas por métodos de gestión como «The Toyota Way», y el activismo de los accionistas es extraño. Japón también tiene un gran sector cooperativo, con tres de las diez cooperativas más grandes del mundo, incluida la cooperativas de consumidores más grande y la cooperativa agrícola más grande del mundo.
Japón ocupa un lugar destacado en competitividad y libertad económica. Ocupa el sexto lugar en el informe de competitividad global para 2015-2016.
Japón volvió a registrar el mayor crecimiento de los dividendos pagados a los accionistas a nivel global en 2019 (+6,3%, hasta 85.700 millones de dólares). Los dividendos aumentaron un 173% en Japón entre 2009 y 2019.
Según la OCDE, el 22% de los empleados japoneses trabajan más de 50 horas a la semana. Suelen tomar pocas vacaciones (dieciocho días de vacaciones anuales).
Durante la era Heisei (1989-2019), las condiciones de trabajo de los empleados se han deteriorado. El estallido de la burbuja especulativa a principios de la década de 1990 aumentó la inseguridad laboral. Los trabajadores experimentaron una reducción de la paga y de las primas por horas extraordinarias. En los últimos 30 años, la proporción de empleos irregulares (de duración determinada y mal pagados) ha pasado del 20% al 40%. Esta tendencia ayuda a explicar el aumento de la desigualdad de ingresos en Japón. El salario por hora de un trabajador irregular es solo un 60% del de un trabajador regular. El fuerte aumento del número de trabajadores precarios tiende a hacer bajar los salarios. Los ingresos por hora en el sector privado cayeron un 9% entre 1997 y 2017. El nivel de las pensiones también está bajando. De 2004 a 2016, la cuantía de la prestación de jubilación por pareja se redujo un 5% en términos absolutos.
El sector agrícola japonés representa aproximadamente el 1,2 por ciento del PIB del país. Solo el 11,5 por ciento de la tierra de Japón es apta para el cultivo. Debido a esta falta de tierra cultivable, se utiliza un sistema de bancales para cultivar en áreas pequeñas. Esto da como resultado uno de los niveles más altos de rendimiento de cultivos por unidad de área, con una tasa de autosuficiencia agrícola de alrededor del 50 por ciento. Sin embargo, el pequeño sector agrícola del Japón también está muy subvencionado y protegido. Ha habido una creciente preocupación por la agricultura ya que los agricultores están envejeciendo y tienen dificultades para encontrar sucesores.
Japón ocupó el séptimo lugar en el mundo en tonelaje de pescado capturado. En 2016 capturó 3 167 610 toneladas métricas de pescado, por debajo de un promedio anual de 4 000 000 de toneladas durante la década anterior. Mantiene una de las flotas pesqueras más grandes del mundo y representa casi el 15 por ciento de la captura mundial, lo que suscita críticas de que la pesca japonesa está provocando el agotamiento de poblaciones de peces como el atún. También ha provocado controversias al apoyar la caza comercial de ballenas.
Japón tiene una gran capacidad industrial y cuenta con algunos de los «productores más grandes y tecnológicamente más avanzados de vehículos de motor, máquinas herramientas, acero y metales no ferrosos, barcos, sustancias químicas, textiles y alimentos procesados». El sector industrial de Japón representa aproximadamente el 27,5 por ciento de su PIB. Algunas de las principales empresas industriales japonesas son Canon Inc., Toshiba y Nippon Steel. La producción manufacturera del país es la tercera más alta del mundo.
Japón es el tercer productor de automóviles más grande del mundo y es la sede de Toyota, la mayor compañía automotriz del mundo. A pesar de enfrentarse a la competencia de Corea del Sur y China, se espera que la industria de la construcción naval japonesa se mantenga fuerte a través de un mayor enfoque en diseños especializados de alta tecnología.
El sector de servicios de Japón representa aproximadamente el 70 por ciento de su producción económica total. La banca, el comercio minorista, el transporte y las telecomunicaciones son industrias importantes, y empresas como Toyota, Mitsubishi UFJ, NTT, AEON, Softbank, Hitachi e Itochu figuran entre las más importantes del mundo.
Japón atrajo a 31,19 millones de turistas internacionales en 2019. Para el turismo receptor, Japón ocupó el puesto 11 en el mundo en 2019. El índice de competitividad en viajes y turismo de 2017 clasificó a Japón en el cuarto lugar de 141 países en general, el más alto en Asia.
Japón es una nación líder en investigación científica, particularmente en ciencias naturales e ingeniería. El país ocupa el duodécimo lugar entre los países más innovadores en el índice de innovación de Bloomberg, y alcanzó el lugar 13 entre 133 países en cuanto a innovación en las versiones de 2024, 2023 y 2022 del índice global de innovación a cargo de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. En relación con el producto interno bruto, el presupuesto de investigación y desarrollo de Japón es el segundo más alto del mundo, con 867 000 investigadores que en 2017 comparten un presupuesto de investigación y desarrollo de 19 billones de yenes. El país ha conseguido veintidós premios Nobel en física, química o medicina y tres medallas Fields.
Japón lidera el mundo en producción y uso de robótica, suministrando el 55 por ciento del total mundial de 2017. Tene el segundo mayor número de investigadores en ciencia y tecnología per cápita en el mundo, con 14 por cada 1000 empleados.
La industria japonesa de la electrónica de consumo, en su día considerada la más fuerte del mundo, se encuentra en declive a medida que surge la competencia en países como Corea del Sur, Estados Unidos y China. Sin embargo, los videojuegos en Japón siguen siendo una industria importante, habiéndose desarrollado allí varias consolas de videojuegos que han sido populares desde la década de 1980. Japón fue líder en esta industria antes de la década del 2000, hasta que la corporación estadounidense Microsoft comenzó a competir con las japonesas Sony y Nintendo. En 2014, el mercado de videojuegos para consumidores de Japón recaudó $9.6 mil millones, de los cuales $5.8 mil millones surgieron de juegos para móviles.
La Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial es la agencia espacial nacional de Japón. Lleva a cabo investigaciones espaciales, planetarias y de aviación, y dirige el desarrollo de cohetes y satélites. Participa en la Estación Espacial Internacional: el módulo experimental japonés (Kibō) se agregó a la estación durante los vuelos de montaje del Transbordador STS en 2008. La sonda espacial Akatsuki fue lanzada en 2010 y alcanzó la órbita alrededor de Venus en 2015. Los planes de Japón en la exploración espacial incluyen la construcción de una base lunar y el aterrizaje de astronautas para 2030. En 2007, lanzó el explorador lunar SELENE (explorador de ingeniería y selenología) desde el Centro Espacial Tanegashima, la misión lunar más grande desde el programa Apolo de la década de 1960. Su propósito era recopilar datos sobre el origen y la evolución de la luna. El explorador entró en una órbita lunar el 4 de octubre de 2007, y se estrelló deliberadamente contra la Luna el 11 de junio de 2009.
Japón ha invertido mucho en infraestructura de transporte. El país tiene aproximadamente 1 200 000 kilómetros de carreteras compuestas por 1 000 000 kilómetros de carreteras en ciudades, pueblos y aldeas, 130 000 kilómetros de carreteras prefecturales, 54 736 kilómetros de carreteras generales nacionales y 7641 kilómetros de autopistas nacionales.
Japón posee 27 311 kilómetros de rieles. Desde la privatización en 1987, decenas de empresas ferroviarias japonesas compiten en los mercados regionales y locales de transporte de pasajeros; las principales compañías incluyen siete empresas Japan Railways, Kintetsu, Seibu Railway y Keio Corporation. Los Shinkansen (trenes bala) de alta velocidad que conectan las principales ciudades son conocidos por su seguridad y puntualidad.
Hay 175 aeropuertos en Japón. El Aeropuerto Internacional de Haneda en Tokio, el mayor aeropuerto nacional, es el segundo más transitado de Asia. Los superpuertos de Keihin y Hanshin se encuentran entre los más grandes del mundo, con 7.98 y 5.22 millones de TEU respectivamente.
A partir de 2017, el 39% de la energía en Japón se produce a partir del petróleo, el 25% del carbón, el 23% del gas natural, el 3.5% de la energía hidroeléctrica y el 1.5% de la energía nuclear. La energía nuclear se redujo un 11% en 2010. En mayo de 2012, todas las plantas de energía nuclear del país se desconectaron debido a la oposición pública tras el desastre nuclear de Fukushima Daiichi en marzo de 2011, aunque los funcionarios del gobierno continuaron intentando influir en la opinión pública para reincorporar al menos algunas al servicio. La planta de energía nuclear de Sendai se reinició en 2015, y desde entonces se han reiniciado varias otras plantas de energía nuclear. Japón carece de importantes reservas nacionales y, por lo tanto, tiene una fuerte dependencia de la energía importada. Por lo tanto, el país ha buscado diversificar sus fuentes y mantener altos niveles de eficiencia energética.
La responsabilidad del sector de agua y saneamiento es compartida entre el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, a cargo del suministro de agua para uso doméstico; el Ministerio de Tierras, Infraestructura, Transporte y Turismo, a cargo del desarrollo de los recursos hídricos y del saneamiento; el Ministerio de Medio Ambiente, encargado de la calidad del agua ambiental y la preservación del medio ambiente; y el Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones, a cargo de la evaluación comparativa del desempeño de los servicios públicos. El acceso a una fuente de agua mejorada es universal en Japón. Aproximadamente el 98% de la población recibe agua corriente de los servicios públicos.
Según una encuesta de la NHK de 2015 sobre la visualización de televisión en Japón, el 79% de los japoneses ven la televisión a diario. El drama japonés se ve tanto en Japón como a nivel internacional. Otros programas populares pertenecen a los géneros de variedades, de comedia y de noticias. Los periódicos japoneses se encuentran entre los de mayor circulación en el mundo.
Japón tiene una de las industrias cinematográficas más antiguas y más grandes del mundo. La película Godzilla de Ishiro Honda se convirtió en un icono internacional de Japón y dio lugar a un subgénero cinematográfico llamado kaijū, así como a la franquicia cinematográfica de mayor duración en la historia. Las películas y series de televisión animadas japonesas, conocidas como anime, fueron influenciadas en gran medida por el manga japonés y han sido muy populares en Occidente. Japón es una potencia de animación de renombre mundial.
En Japón, la seguridad nacional la proporcionan principalmente los Departamentos de Policía de las Prefecturas, bajo la supervisión de la Agencia Nacional de Policía. Como órgano central de coordinación de estos Departamentos, la Agencia Nacional de Policía es administrada por la Comisión Nacional de Seguridad Pública. El Equipo Especial de Asalto comprende unidades tácticas antiterroristas a nivel nacional, que cooperan con los Escuadrones Anti-Armas de Fuego a nivel territorial, y los Escuadrones Contra el Terrorismo de la NBC. Además, está la Guardia Costera de Japón que custodia las aguas territoriales. La Guardia Costera patrulla el mar que rodea a Japón y utiliza medidas de vigilancia y control contra el contrabando, los delitos ambientales marinos, la caza furtiva, la piratería, los barcos espías, los barcos de pesca extranjeros no autorizados y la inmigración ilegal.
La Ley de control de posesión de armas de fuego y espadas regula estrictamente la propiedad civil de armas, espadas y otras armas. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, entre los Estados miembros de la ONU que reportan estadísticas, en Japón las tasas de incidencia de crímenes violentos como asesinato, secuestro, violencia sexual y robo son muy bajas.
Japón tiene una población de 128 millones de habitantes, de los que 126 millones son ciudadanos japoneses (2010). En 2010, el 92% de su población total vivía en ciudades. La capital, Tokio, tiene una población de 14,20 millones (2010). Forma parte del área metropolitana de Tokio, el área metropolitana más grande del mundo, con 38 521 400 habitantes (2010).
La población de Japón es 98% de etnia japonesa, con pequeñas poblaciones de trabajadores extranjeros. Los grupos minoritarios primarios incluyen a los indígenas ainu y ryukyu, así como los grupos minoritarios sociales como los burakumin, coreanos zainichi, chinos, filipinos, brasileños y peruanos, en su mayoría de ascendencia japonesa, que se encuentran entre los pequeños grupos minoritarios en Japón.
La esperanza de vida al nacer en Japón es de 84 años, la más alta de todos los países del mundo según la OMS, o la segunda más alta si se consideran a las regiones administrativas especiales de China como casos particulares. La población japonesa está envejeciendo rápidamente, como resultado de una explosión de natalidad posterior a la Segunda Guerra Mundial, seguido por una disminución en las tasas de natalidad. A partir de 2010, más del 20% de la población tiene más de 65 años, y se prevé que para 2030 aumente a uno de cada tres. Los cambios en la estructura demográfica han creado una serie de problemas sociales, en particular una disminución de la fuerza laboral en la población y un aumento del coste de las prestaciones de la seguridad social. Un número cada vez mayor de jóvenes japoneses no se casan o no tienen hijos. Se espera que para 2050 la población de Japón disminuya a alrededor de 100 millones . A veces se sugieren incentivos a la inmigración y de natalidad, como una solución para proporcionar trabajadores más jóvenes para apoyar a la población que envejece. El 1 de marzo de 2010, se promulgó la ley de inmigración revisada de Japón, que protege los derechos de los trabajadores extranjeros para ayudar a reducir la escasez de mano de obra en ciertos sectores. En 2023, el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar publicó que hubo 770.747 nacimientos en Japón durante el 2022, 40.875 menos que el 2021.
Posición | Ciudad | Prefectura | Pob. | Posición | Ciudad | Prefectura | Pob. | |||
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1 | Tokio | Tokio | 29 679 741 | 11 | Hiroshima | Hiroshima | 1 194 034 | |||
2 | Yokohama | Kanagawa | 11 724 844 | 12 | Sendai | Miyagi | 1 082 159 | |||
3 | Osaka | Osaka | 7 691 185 | 13 | Chiba | Chiba | 971 882 | |||
4 | Nagoya | Aichi | 7 295 638 | 14 | Kitakyushu | Fukuoka | 961 286 | |||
5 | Sapporo | Hokkaidō | 1 952 356 | 15 | Sakai | Osaka | 839 310 | |||
6 | Fukuoka | Fukuoka | 1 538 681 | 16 | Niigata | Niigata | 810 157 | |||
7 | Kōbe | Hyōgo | 1 537 272 | 17 | Hamamatsu | Shizuoka | 797 980 | |||
8 | Kawasaki | Kanagawa | 1 475 213 | 18 | Kumamoto | Kumamoto | 740 822 | |||
9 | Kioto | Kioto | 1 475 183 | 19 | Sagamihara | Kanagawa | 720 780 | |||
10 | Saitama | Saitama | 1 263 979 | 20 | Okayama | Okayama | 719 474 | |||
Censo 2015 |
La constitución de Japón garantiza la plena libertad religiosa. Las estimaciones más altas sugieren que entre el 84 y el 96 por ciento de la población japonesa suscribe al sintoísmo como su religión nativa. Sin embargo, estas estimaciones se basan en las personas afiliadas a un templo, en lugar del número de verdaderos creyentes. Muchos japoneses practican tanto el sintoísmo como el budismo; pueden identificarse con ambas religiones o describirse a sí mismos como no religiosos o espirituales. El nivel de participación en ceremonias religiosas como tradición cultural sigue siendo alto, especialmente durante festivales y ocasiones como el Hatsumōde, la primera visita a un santuario al comenzar el año nuevo. Las creencias y costumbres japonesas también se han visto influidas por el taoísmo y el confucianismo de China.
El cristianismo fue introducido por primera vez en Japón por las misiones jesuitas a partir de 1549. Hoy, entre el 1 y el 1,5 por ciento de la población es cristiana. A lo largo de los siglos XX y XXI, algunas costumbres occidentales originalmente relacionadas con el cristianismo (incluidas las bodas de estilo occidental, el día de San Valentín y la Navidad) se han vuelto populares como costumbres profanas entre muchos japoneses.
En cuanto al islam, en 2018 se estimaba que había 105 mezquitas y 200 000 musulmanes en Japón, 43 000 de los cuales eran étnicamente japoneses. Aproximadamente del 80 al 90 por ciento de quienes practican el islam en Japón son inmigrantes nacidos en el extranjero y sus hijos. Otras religiones minoritarias incluyen el hinduismo, el judaísmo y el bahaísmo, así como las creencias animistas de los ainu.
Más del 99 por ciento de la población habla japonés como primer idioma. La escritura japonesa usa kanji (caracteres chinos) y dos conjuntos del kana (silabarios basados en escritura cursiva y radical de kanji), así como el alfabeto latino y números arábigos. En 2020, la enseñanza del inglés se hizo obligatoria en las escuelas primarias japonesas.
Además del japonés, las lenguas ryukyuenses (amami, kunigami, okinawan, miyako, yaeyama, yonaguni), también parte de la familia de las lenguas japónicas se hablan en las islas Ryukyu. Pocos niños aprenden estos idiomas, pero los gobiernos locales han tratado de aumentar el conocimiento de los idiomas tradicionales. El ainu, que es un idioma aislado, está amenazado, y solo quedan unos pocos hablantes nativos.
Las escuelas primarias, secundarias y universidades se introdujeron en 1872 como resultado de la Restauración Meiji. Desde la Ley Fundamental de Educación de 1947, la educación obligatoria en Japón comprende la escuela primaria y secundaria, que en conjunto duran trece años. Casi todos los niños continúan su educación en una escuela secundaria superior durante tres años. Las dos universidades de Japón mejor posicionadas en las clasificaciones internacionales son la Universidad de Tokio y la Universidad de Kioto. A partir de abril de 2016, varias escuelas comenzaron el año académico con la escuela primaria y secundaria integradas en un programa de escolarización obligatoria de nueve años; el MEXT planea que este enfoque se adopte en todo el país.
El conocimiento y las habilidades generales de los jóvenes japoneses de 15 años según el Informe PISA coordinado por la OCDE están clasificadas como las terceras mejores del mundo. Japón es uno de los países de la OCDE con mejor desempeño en lectura, matemáticas y ciencias, con una puntuación promedio de estudiantes de 529, y tiene una de las fuerzas laborales más educadas entre los países de la OCDE. A partir de 2017, el gasto público de Japón en educación ascendió a solo el 3,3 por ciento de su PIB, por debajo del promedio de la OCDE de 4,9 por ciento. En 2017, el país ocupó el tercer lugar en cuanto al porcentaje de personas de 25 a 64 años que han obtenido educación terciaria con un 51 por ciento. Además, el 60,4 por ciento de los japoneses de entre 20 y 29 años tiene algún tipo de título de educación terciaria y el 30,4 por ciento de los japoneses de entre 20 y 59 años posee títulos de licenciatura, la segunda mayor proporción en la OCDE después de Corea del Sur.
La atención médica la brindan los gobiernos nacionales y locales de turno. El pago de los servicios médicos personales se ofrece a través de un sistema de seguro médico universal que proporciona una relativa igualdad de acceso, con tarifas establecidas por un comité gubernamental. Las personas sin seguro a través de empleadores pueden participar en un programa nacional de seguro médico administrado por los gobiernos locales. Desde 1973, todos los ancianos están cubiertos por un seguro patrocinado por el gobierno.
Japón destaca por tener la mayor esperanza de vida, pero también por tener una de las tasas de suicidio más altas. Otro problema importante de salud pública es el tabaquismo entre los hombres japoneses. El país tiene la tasa más baja de enfermedades cardíacas en la OCDE y el nivel más bajo de demencia en el mundo desarrollado.
Según el Informe Global de Brecha de Género 2021, Japón ocupa la posición 120 de los 156 países del mundo.
Según la abogada Yukiko Tsunoda, esto se debe en parte a que los principios sexistas están muy arraigados en el sistema judicial y cuestionan sistemáticamente los derechos de las mujeres: «cuando se creó el código penal en 1907, Japón era una sociedad extremadamente patriarcal La violación se penalizó entonces para garantizar que una mujer casada tuviera un hijo solo de su marido y que ningún otro hombre pudiera mantener relaciones sexuales con ella Era una ley de castidad al servicio exclusivo del marido o del padre». En 2017, Japón revisó sus leyes sobre agresiones sexuales por primera vez en 110 años, para reconocer a las víctimas masculinas y elevar la pena mínima de prisión por violación. Sin embargo, el hecho de que la víctima tenga que demostrar que no pudo resistirse se mantuvo en la ley, a pesar de las protestas de los expertos.
Una mujer divorciada o viuda tiene que esperar algo más de tres meses antes de que se le permita volver a casarse. Hasta 2016, este periodo era de seis meses.
La Universidad Médica de Tokio admitió en 2018 que había manipulado los resultados de su examen de acceso para que las chicas salieran perjudicadas. En las semanas siguientes, nueve de las 81 facultades de Medicina del país admitieron a su vez que practicaban la misma política discriminatoria.
En cuanto a la custodia de los hijos de padres separados, el país no reconoce el derecho de visita ni la patria potestad compartida. El sistema japonés funciona con principios heredados de la era Meiji (1868-1912). Una nueva forma jurídica de la familia vino a reforzar su aspecto patriarcal. Basada en la «continuidad y mantenimiento de la familia», prevé que en caso de separación uno de los progenitores abandone la familia. La custodia de los hijos se otorga a uno de los progenitores, normalmente al que se los lleva primero, sin garantizar al otro la posibilidad de verlos.
En un contexto en el que la política japonesa ha sido tradicionalmente «cosa de hombres», las mujeres sólo representan el 10% de los parlamentarios. En 2020, el gobierno dirigido por el primer ministro Yoshihide Suga sólo cuenta con dos mujeres de veintiún ministros. Algunos políticos se han referido a las mujeres como «máquinas de parir niños» y les han recomendado quedarse en casa para cuidar de sus hijos como la solución perfecta a la falta de guarderías y centros infantiles.
Las desigualdades en el lugar de trabajo son significativas, y la cultura empresarial sigue siendo especialmente sexista en Japón. Una ley de igualdad de género de 1987 aumentó la proporción de mujeres empleadas del 53% en 1985 al 64% en 2016. Sin embargo, solo el 44% de las mujeres tienen un empleo estable y a tiempo completo, y la proporción de empleos precarios aumenta cada año. Muchas mujeres sufren discriminación, ya que los directivos de las empresas son reacios a darles responsabilidades. La maternidad es también un obstáculo importante para las perspectivas profesionales de las mujeres. Aunque existe la licencia por maternidad, en la práctica pocas mujeres hacen uso de ella (17%), porque se ven presionadas por sus superiores. Esta situación, unida a la falta de plazas de guardería, lleva al 60% de las asalariadas a dejar de trabajar tras el nacimiento de su primer hijo.
La cultura japonesa contemporánea combina influencias de Asia, Europa y América del Norte. Las artes tradicionales japonesas incluyen artesanías como cerámica, textiles, lacados, espadas y muñecos; actuaciones de bunraku, kabuki, noh, danza y rakugo; y otras prácticas, la ceremonia del té, ikebana, artes marciales, caligrafía, origami, onsen, geisha y juegos tradicionales. Japón tiene un sistema desarrollado para la protección y promoción de bienes culturales y tesoros nacionales tangibles e intangibles. Se han inscrito veintidós sitios en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, de los cuales dieciocho son de importancia cultural.
La historia de la pintura japonesa exhibe síntesis y competencia entre la estética japonesa nativa y las ideas importadas. La interacción entre el arte japonés y europeo ha sido significativa: por ejemplo, los grabados ukiyo-e, que comenzaron a exportarse en el siglo XIX en el movimiento conocido como japonismo, tuvieron una influencia significativa en el desarrollo del arte moderno en Occidente, sobre todo en el posimpresionismo. El manga japonés se desarrolló en el siglo XX y se ha vuelto popular en todo el mundo.
La arquitectura japonesa es una combinación de influencias locales y de otro tipo. Tradicionalmente se ha caracterizado por estructuras de madera, ligeramente elevadas del suelo, con techos de tejas o paja. Los Santuarios de Ise se conocen como el prototipo de la arquitectura japonesa. En las viviendas tradicionales (minka) y en muchos templos se puede observar el uso de tatamis y puertas corredizas que rompen la distinción entre las habitaciones y el espacio interior y exterior. Sin embargo, desde el siglo XIX, Japón ha incorporado gran parte de la arquitectura moderna occidental en la construcción y el diseño. En cambio, no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que los arquitectos japoneses dejaron una huella en la imagen internacional, primero con el trabajo de arquitectos como Kenzō Tange y luego con movimientos como el Metabolismo.
Las primeras obras de la literatura japonesa incluyen las crónicas de Kojiki y Nihonshoki y la antología de poesía Man'yōshū, todas del siglo VIII y escritas en caracteres chinos. A principios del período Heian, se desarrolló el sistema de fonogramas conocido como kana (hiragana y katakana). El cuento del cortador de bambú se considera la narrativa japonesa más antigua que existe. Se ofrece un relato de la vida en la corte en El libro de la almohada de Sei Shōnagon, mientras que Genji Monogatari de Murasaki Shikibu se describe a menudo como la primera novela del mundo.
Durante el período Edo, los chōnin («gente del pueblo») superaron a la aristocracia samurái como productores y consumidores de la literatura. La popularidad de las obras de Saikaku, por ejemplo, revela este cambio en los lectores y la autoría, mientras que Bashō revivió la tradición poética del Kokinshū con su haikai (haiku) y escribió el cuaderno de viaje poético Oku no Hosomichi. La era Meiji vio el declive de las formas literarias tradicionales, a medida que la literatura japonesa integró las influencias occidentales. Natsume Sōseki y Mori Ōgai fueron novelistas importantes a principios del siglo XX, seguidos de Ryūnosuke Akutagawa, Jun'ichirō Tanizaki, Kafū Nagai y, más recientemente, Haruki Murakami y Kenji Nakagami. Japón tiene dos autores ganadores del Premio Nobel: Yasunari Kawabata (1968) y Kenzaburō Ōe (1994).
La filosofía japonesa ha sido históricamente una fusión de las filosofías extranjeras, particularmente la china y la occidental, y elementos japoneses. En sus formas literarias, la filosofía japonesa se inició hace unos catorce siglos. Los ideales confucianos todavía son evidentes hoy en día en el concepto japonés de la sociedad y la naturaleza, y en la organización del gobierno y la estructura de la sociedad. El budismo ha impactado profundamente en la psicología, la metafísica y la estética japonesas.
La música japonesa es ecléctica y diversa. Muchos instrumentos, como el koto, se introdujeron en los siglos IX y X. La música folclórica popular, con el shamisen a modo de guitarra, data del siglo XVI. La música clásica occidental, introducida a finales del siglo XIX, forma parte integral de la cultura japonesa. El kumi-daiko (percusión conjunta) se desarrolló en el Japón de la posguerra y se hizo muy popular en América del Norte. La música popular en el Japón de la posguerra ha estado fuertemente influenciada por las tendencias estadounidenses y europeas, lo que ha llevado a la evolución del J-pop y al surgimiento del fenómeno de los idols. El karaoke es una actividad cultural significativa.
Los cuatro teatros tradicionales de Japón son el noh, el kyōgen, el kabuki y el bunraku. El noh es una de las tradiciones teatrales continuas más antiguas del mundo.
Ishin-denshin (以心伝心?) es un modismo japonés que denota una forma de comunicación interpersonal a través del entendimiento mutuo tácito. El isagiyosa (潔さ?) es la virtud de aceptar la muerte con serenidad. Las flores de cerezo son un símbolo de isagiyosa en el sentido de abrazar la fugacidad del mundo. El hansei (反省?) es una idea central en la cultura japonesa, que significa reconocer el propio error como base para la mejora. El kotodama (言霊?) se refiere a la creencia japonesa de que los poderes místicos residen en palabras y nombres.[verifica la fuente]
Oficialmente, Japón tiene 16 días feriados nacionales reconocidos por el gobierno. Los días festivos en Japón están regulados por la Ley de días festivos (国民の祝日に関する法律 Kokumin no Shukujitsu ni Kansuru Hōritsu?) de 1948. A partir del 2000, Japón implementó el Sistema de lunes felices, que trasladó varios días festivos nacionales a lunes para obtener un fin de semana más largo. Los feriados nacionales en Japón son el 1 de enero, Día de Año Nuevo; el Día de la Mayoría de Edad; el segundo lunes de enero; el Día de la Fundación Nacional; el 11 de febrero; el Día del emperador, el 23 de febrero; el Día del equinoccio de primavera , el 20 o 21 de marzo, el Día de Shōwa, el 29 de abril; el Día conmemorativo de la Constitución, el 3 de mayo; el Día del Verdor, el 4 de mayo; el Día del niño, el 5 de mayo: el Día del mar, el tercer lunes de julio; el Día de la montaña, el 11 de agosto; el Día de Respeto a las Personas Mayores, el tercer lunes de septiembre; el Día del equinoccio de otoño, el 23 o 24 de septiembre; el Día de la salud y el deporte, el segundo lunes de octubre; el Día de la cultura, el 3 de noviembre; y el Día de acción de gracias por el trabajo, el 23 de noviembre.
La gastronomía de Japón ofrece una amplia variedad de especialidades regionales que utilizan recetas tradicionales e ingredientes locales. Los mariscos, los fideos y el arroz japonés son alimentos básicos tradicionales. El curry japonés, adaptación del curry introducido en Japón desde la India británica, se consume tan ampliamente que puede considerarse un plato nacional, junto con el ramen y el sushi. Los dulces japoneses tradicionales se conocen como wagashi, e ingredientes como el anko y el mochi son empleados para hacerlos. Los gustos más modernos incluyen helado de té verde.
Las bebidas japonesas populares incluyen el sake, una bebida de arroz que normalmente contiene entre un 14 y un 17 por ciento de alcohol y se elabora mediante la fermentación múltiple del arroz. La cerveza se elabora en Japón desde finales del siglo XVII. El té verde se produce en Japón y se prepara en diversas formas, como el matcha, que se utiliza en la ceremonia del té japonesa.
Tradicionalmente, el sumo se considera el deporte nacional de Japón. Las artes marciales japonesas como el judo y el kendo se enseñan como parte del plan de estudios obligatorio de la escuela secundaria. El béisbol es el deporte para espectadores más popular del país. La principal liga profesional de Japón, la Liga Japonesa de Béisbol Profesional, se estableció en 1936. Desde el establecimiento de la Japan Professional Football League en 1992, el fútbol también ha ganado muchos seguidores. El país fue coanfitrión de la Copa Mundial de la FIFA 2002 con Corea del Sur. Japón tiene uno de los equipos de fútbol más exitosos de Asia, ganando la Copa Asiática cuatro veces, y la Copa Mundial Femenina de la FIFA en 2011. El golf también es popular en Japón.
Japón tiene una participación significativa en el automovilismo. Los fabricantes de automóviles japoneses han tenido éxito en múltiples categorías diferentes, con títulos y victorias en series como Fórmula 1, MotoGP, IndyCar, el Campeonato Mundial de Rally, el Campeonato Mundial de Resistencia de la FIA, el Campeonato Mundial de Turismos, el Campeonato Británico de Turismos y el WeatherTech SportsCar Championship. Tres pilotos japoneses han logrado podios en la Fórmula 1, y los pilotos de Japón también tienen victorias en las 500 Millas de Indianápolis y en las 24 Horas de Le Mans, además del éxito en campeonatos nacionales. La Super GT es la serie nacional más popular en Japón, mientras que la Super Fórmula es la serie nacional de monoplazas de nivel superior. El país también alberga carreras importantes como el Gran Premio de Japón.
Como anfitrión de eventos deportivos, Japón ha acogido los Juegos Olímpicos de Verano en dos ocasiones, Tokio 1964 y Tokio 2020, y los Juegos Olímpicos de Invierno en otras dos ocasiones, Sapporo 1972 y Nagano 1998. Además, el país fue sede del Campeonato Mundial de Baloncesto de 2006 y coanfitrión del Campeonato Mundial de Baloncesto de 2023. El país obtuvo los derechos de sede del Campeonato Mundial de Voleibol Femenino en cinco ocasiones, más que cualquier otra nación. Japón es el país de la Unión Asiática de Rugby más exitoso y fue sede de la Copa Mundial de Rugby de 2019.