En este artículo vamos a explorar Distanasia desde diferentes perspectivas. Distanasia es un tema que ha capturado la atención de millones de personas en todo el mundo, y su impacto se ha sentido en diferentes ámbitos de la sociedad. A lo largo de la historia, Distanasia ha sido objeto de debate, estudio y análisis, y en este artículo vamos a profundizar en su importancia, sus implicaciones y su relevancia en la actualidad. Desde su origen hasta su evolución, pasando por sus diferentes manifestaciones, Distanasia ha dejado huella en la cultura, la política, la ciencia y la vida cotidiana, y a través de este artículo vamos a explorar su influencia en nuestras vidas.
La distanasia, cacotanasia, encarnizamiento, obstinación o ensañamiento terapéutico es el empleo de todos los medios posibles, sean proporcionados o no, para prolongar artificialmente la vida y por tanto retrasar el advenimiento de la muerte en pacientes con pronta extinción de la vida natural, a pesar de que no haya esperanza alguna de curación.
La distanasia es lo opuesto a la eutanasia. Se conoce como antidistanasia a la actitud de rechazo a la distanasia, que en unos casos se convierte en un apoyo a la eutanasia y en otros en defensa de la ortotanasia.
Tanto los Estados como los diversos colegios de médicos y enfermeros han desarrollado leyes o códigos que regulan cuándo una acción médica puede ser considerada como ensañamiento.
Los factores a tomar en cuenta son los siguientes:
Se puede afirmar que es moral continuar los tratamientos normales para aliviar el dolor pero se puede renunciar a tratamientos que procurarían solo una prolongación precaria de la vida.
Existen algunos criterios para que el ensañamiento se verifique:
Sin embargo, no se han de abandonar los tratamientos ordinarios para reducir el malestar:
2. En caso de enfermedad incurable y terminal, el médico debe limitarse a aliviar los dolores físicos y morales del paciente, manteniendo en todo lo posible la calidad de una vida que se agota y evitando emprender o continuar acciones terapéuticas sin esperanza, inútiles y obstinadas. Asistirá al enfermo hasta el final, con el respeto que merece la dignidad del hombre. 3. La decisión de poner término a la supervivencia artificial en caso de muerte cerebral sólo se tomará en función de los más rigurosos criterios científicos y las garantías exigidas por la Ley. Antes de suspender los cuidados, dos médicos cualificados e independientes del equipo encargado de obtener los órganos para trasplante, suscribirán un documento que autentifique la situaciónCódigo de deontología del colegio de médicos de España, núm. 28.
Juan Pablo II trató el tema en su encíclica Evangelium Vitae:
Se da ciertamente la obligación moral de curarse y de hacerse curar, pero tal obligación debe confrontarse con las situaciones concretas; es necesario valorar si los medios terapéuticos a disposición son objetivamente proporcionados a las prospectivas de mejora. La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados no equivale al suicidio o a la eutanasia; más bien expresa la aceptación de la condición humana ante la muerte.
TETTAMANZI, DIONIGI (2002). Dizionario di bioetica. Casale Monferrato: Ediciones PIEMME. ISBN 88-384-6521-5.