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En náutica, la caña del timón es una palanca metálica o de madera, de formas muy variadas, que ajustada a la cabeza del timón sirve para hacerlo girar.
Tradicionalmente, la caña del timón era una barra de madera de roble que se introducía horizontalmente por uno de sus extremos en una muesca u ojo labrado en la cabeza del timón al nivel de la cara superior del yugo principal. La caña del timón asentaba por su otro extremo por dentro del buque sobre una pieza particular, que se llama la telera o corredera. La telera o corredera es una pieza labrada en forma de arco, colocada en popa y a lo ancho del buque en la Santabárbara.
El escuadreo de la caña era proporcionado al largo y demás dimensiones del timón: su largo se arreglaba en la práctica sobre el mayor ángulo que se quería que describiera, para que el timón imprimiera más velocidad en los movimientos del buque, bajo los baos de la segunda cubierta y sobre la cual corría la caña del timón cuando se la quería mover. La rueda del timón es la que comunica el movimiento a la caña. Esta rueda se colocaba verticalmente sobre el castillo de popa y correspondía perpendicularmente al extremo de la caña que corría sobre la telera, y esta rueda tenía un tambor o eje cilíndrico sobre el cual se guarne de varias vueltas, y por el medio un cabo que se llama guardín, cuyos dos chicotes, después de haber atravesado por medio de poleas el grueso de la cubierta del alcázar, la altura y grueso de la segunda cubierta; bajaban en sentido contrario u opuesto sobre los dos extremos de la telera, donde eran recibidos en otras poleas, y venían a amarrarse al extremo de la caña, que debía correr sobre la telera; de modo que si se hacía girar la rueda a la derecha, el extremo de la caña iba a la izquierda, y recíprocamente.
En los navíos con cañones, por la cara de popa del mamparo, y en la parte inferior de la segunda cubierta, se abrían las cajeras para el paso de los guardines de la caña del timón, y en el mismo sitio se establecía el medio punto del descanso de ésta, que formaba arco, cuyos extremos se fijaban en los costados, habiendo labrado en la cabeza del codaste una fogonadura de figura triangular de babor a estribor, para la introducción y juego de la caña.
El manejo de la caña del timón da lugar al empleo de varias frases, y así se dice: